Un sistema de frío recorre los 12 pisos para que en cada habitación funcione una cava personal con una selección de vinos tintos, blancos y champagne y desde el dispenser se pueda servir una copa en cualquier momento a la temperatura justa .
El hotel además tiene otras curiosidades, como sus bañeras –que están integradas a las habitaciones– en cuya fabricación sse usaron caldenes de 200 años de antigüedad.
Un artesano, Mario Dasso, talló las 26 bañeras, todas artesanías únicas, que luego fueron sometidas a un proceso de impermeabilización.
El hotel tiene 30 habitaciones con tarifas que irán, en la promoción de los primeros días, entre los 350 y los 700 dólares la noche (www.miobuenosaires.com).
El hotel incluso tendrá un restaurante peculiar, el To, creación de Toufic Rueda, el primero que introdujo en Argentina un kaitén, la cinta transportadora de sushi.
En las mesas habrá iPads para que los comensales puedan elegir su comida en una carta virtual.
