Japón es uno de los mercados más sofisticados y variados del mundo para el café, según se evidenció en la Feria del Café Gourmet inaugurada esta semana en Tokio, una de las ciudades que más uso hace de esta bebida estimulante.
Japón, que importa más de 400 millones de kilogramos de granos de café al año, es desde los años 80 el mercado más importante de Asia y se sitúa entre los cuatro con más importancia mundial, por detrás de Estados Unidos, Alemania y en competencia directa con Italia.
Desde los años 80, en plena euforia económica japonesa, el café se convirtió en bebida nacional y se situó a la altura del popular té, el estimulante asiático por excelencia. Hoy un japonés consume una media de once tazas a la semana.
Los productores latinoamericanos tienen una gran importancia en Japón, ya que Brasil y Colombia se han posicionado como los grandes proveedores de ese grano, mientras se enfrentan a la creciente oferta de Vietnam o Indonesia, con precios más bajos.
No obstante, otros países como Guatemala, Costa Rica, Panamá o México están encontrando un hueco para satisfacer al exigente consumidor nipón en su demanda de café de alta calidad y con características únicas, e incluso se interesan por el procedente de una determinada plantación.