Ron cubano, hijo de la tradición

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Por: Asbel Morales Lorenzo, Maestro del Ron Cubano
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Ron cubano, hijo de la tradición

Cuba celebra este año el aniversario 150 de la creación del ron ligero. Este acontecimiento para los cubanos, más que un orgullo, es el compromiso de continuar manteniendo al ron como una tradición, heredada por más de un siglo, y sin apartarnos en su esencia hasta nuestros días, la que ha sido trasmitida de generación a generación de maestros roneros a maestros roneros.

En Cuba, a principios del siglo XIX se contaba con un avanzado desarrollo y crecimiento de la industria azucarera para la época, por lo que se imponía la necesidad de buscar un ron que superara la áspera y dura tafia, bebida de corsarios y piratas, que además fuera compatible con los finos espirituosos traídos de las metrópolis europeas.

De esta manera, y gracias a la ingeniosidad de nuestros primeros maestros roneros, en la segunda mitad del siglo XIX nace un nuevo tipo de ron, el ron ligero.

Aunque para estos años existían destilerías a lo largo de la isla, todos coincidimos en que el nacimiento de este nuevo tipo de ron fue en la oriental ciudad de Santiago de Cuba, en el año 1862. Esta manera de realizar el ron fue expandiéndose rápidamente por toda Cuba, el Caribe y hoy ha conquistado el mundo.

En el transcurso de 150 años el ron, no solo ha representado un hecho histórico, no  solo es una mercancía más, a través de él se expresa lo más genuino y auténtico del cubano, compatible con su carácter y alegría que lo distingue, esto convierte al ron en una parte importante de nuestra expresión cultural.

La manera única de hacer el ron cubano está sobre la base de tres importantes elementos a distinguir:

El clima privilegiado de Cuba y sus fértiles tierras

En Cuba existe un clima idóneo para la cosecha de la caña de azúcar, dada a su posición geográfica que garantizan un régimen de lluvias y luz solar que favorecen su desarrollo y crecimiento durante todo el año, obteniéndose una melaza de alta calidad, favorecida también por la fertilidad del suelo con una microflora poca contaminada, que aporta  a la melaza baja acidez y polímetros, contribuyendo así a la posterior formación de aromas en la fermentación y en el aguardiente obtenido en la destilación.

El proceso de mezclas y añejamiento sucesivos

En el proceso de destilación el aguardiente en su fase final se realiza la mezcla de los condensados que garanticen el perfil organoléptico del ron cubano.

La realización de varias etapas de añejamiento, una primera para el aguardiente, y al menos otra para el añejamiento del ron fresco resultante de las mezclas de aguardiente añejado y alcohol superfino altamente purificado.

En la fabricación de rones añejos se utilizan varias etapas de añejamiento: cuando cada una de ellas se detiene, se realizan nuevas mezclas y se reinicia nuevamente el añejamiento hasta superiores calidades de añejamiento, en barriles con 60 años y más de uso.

Los maestros roneros

Continuadores de una herencia trasmitida de generación en generación, los maestros roneros reciben y a la vez entregan en un acto de generosidad los secretos a las nuevas generaciones, lejos de egoísmo en el bien de hacer el ron para su continuidad histórica.

Basado en lo anteriormente explicado, el ron cubano cuenta en la actualidad con una gran variedad de marcas que se producen para el mercado nacional e internacional, entre las que se destacan Havana Club como la marca líder, Santiago de Cuba, Cubay, Caney, Varadero, Legendario y Arecha.

Contar con esta gran variedad de marcas y surtidos es el fruto de la historia y del acomodamiento de un diseño tecnológico sobres las bases heredadas que dieron origen al ron ligero.

Credito
Por: Asbel Morales Lorenzo, Maestro del Ron Cubano