Ron Cubay, el auténtico sabor del centro de Cuba

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Por: José Pablo Navarro, Primer Maestro del Ron Cubano y César Martí Marcelo, Maestro del Ron Cubano
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Ron Cubay, el auténtico sabor del centro de Cuba

Los orígenes del Ron como genérico no hay que buscarlos en Cuba, pero la expresión de suavidad, aromas y sabores del “Ron Ligero”, sí nacen en la Isla.

Es desde Cuba donde se revela al mundo sin negar su raíz de origen, aunque superándola en la preferencia del consumidor por las características propias que se cultivaron de generación en generación de Maestros Roneros.

Desde su aparición, recién pasada la primera mitad del siglo XIX, se hace presente en el consumo de muy diversos grupos sociales, desde la rudeza de los marineros, al refinamiento de la realeza, pasando por palacios y también por la manigua.

La excelencia del Ron Cubano asombraba una vez más al Viejo Mundo porque venía de la misma “Isla Hermosa”, privilegiada en sus aguas, vientos, clima, suelo y vegetación.

Fue así que en el país se distinguieron tres importantes regiones productoras de ron, que en la práctica asumieron características peculiares: Occidente, Centro y Oriente.

La tradición ronera de la región central de Cuba, se remonta igualmente al siglo XIX. Las dos grandes instalaciones, el alambique El Infierno, ubicado en la Villa del Undoso (Sagua La Grande), y la Destilería San Lino (Cienfuegos), crearon aguardientes, alcoholes y rones que distinguieron a la región central del país, tanto nacionalmente como en el extranjero, llegando a conquistar los más diversos gustos y usos del consumidor.

El alambique El Infierno, fundado en 1870, fue considerado como la primera destilería importante establecida en América por Robato y Cía. y desarrollada por la familia Beguiristain. Era considerado “el mayor alambique de mieles de caña del mundo” durante este período, creador del famoso “Carburante Nacional” y con sus excelentes alcoholes se producía también el famoso perfume Guerlain, en Francia.

La llegada de los alcoholes cubanos a Europa luego de la Guerra de Independencia, vigorizó de manera definitiva el crédito de El Infierno, que hizo consolidar su reputación en todos los mercados por la calidad de su ron, aguardiente y alcoholes.

La destilería San Lino fue fundada en 1862 por José Ramón y Lino Montalvo Rodríguez, en Cienfuegos, y se enclavaba en una zona que constituía con sus extensas áreas cañeras y otros dos ingenios azucareros, la principal fuente de riqueza de la zona.

Estos tres centrales azucareros se distinguieron por la producción de mieles y azúcares de alta calidad, destacándose el de San Lino, donde en el año 1866 se montó un alambique.

Fue en estas bodegas que se elaboraba un fino y aromático brebaje reservado exclusivamente a las mesas del famoso Moulin Rouge de París, el cual se cuenta era almacenado en tinajones de barro bajo la tierra, método que se fue perfeccionando con el decursar del tiempo, conquistando el gusto de los pobladores de la zona.

Años más tarde, en 1943, surge en el municipio de Santo Domingo una destilería, la que tuvo como primer dueño al millonario cubano Francisco Blanco Calá, dueño también del central Ulacia, hoy Carlos Baliño, y copropietario del central Washington.

En esta destilería se elaboraban aguardientes de 75 galones, los cuales se almacenaban en una pequeña bodega aledaña a la destilería, en bocoyes de madera de cien litros. En 1945 se comenzó a producir además alcohol absoluto a 99,8 galones, para ser mezclado con gasolina de avión, como modo de paliar la escasez de carburantes en el país que provocaba la segunda Guerra Mundial. Estas producciones se mantuvieron hasta finales de 1959.

Al triunfar la Revolución, aparecía como último dueño del central Washington, Fulgencio Batista Saldívar, representado por la CIA Baseco y B.A.N.F.A.I., accionistas de la banca internacional.

La destilería, como una instalación más del central, pasó a manos del Estado cubano, y el 15 de febrero del año 1963 comenzaron a arribar a ella provenientes de la destilería El Infierno y en aras de buscar mayor capacidad de producción, las columnas de destilación y una pequeña cantidad de barricas que fueron ubicadas en la nave donde se añejaba el aguardiente.

Paralelamente con estas innovaciones, la tradición ronera adquirida durante años en la destilería San Lino fue trasladada a una instalación ubicada en la ciudad de Cienfuegos, Bodegas Jagua, la cual enriqueció y perfeccionó la producción ronera durante años hasta que a finales del año 1971, dicha instalación sufre un trágico y lamentable incendio, donde se perdió parte de la misma, excepto las centenarias bodegas de añejamiento, las cuales fueron trasladas íntegramente a una nueva casa, la Ronera Central.

A principios del año 1972 comenzaron a arribar a la Ronera Central todas las barricas existentes en las Bodegas Jagua, a las cuales se le unieron las barricas provenientes del alambique El Infierno que se encontraban almacenadas en la pequeña bodega aledaña a la destilería; y esa historia y esa tradición heredadas desde mediados del siglo XIX han sido conservadas, enriquecidas y transmitidas de generación a generación hasta los días de hoy, para continuar desarrollando el apreciado “Sabor del Centro”.

Es en esta entidad de la Corporación Cuba Ron S.A. donde se produce actualmente el Ron Cubay, nombre de marca de origen arauco, cuya terminación “ay”, evoca la cercanía del lugar a un río.

El Ron Cubay, producto con Denominación de Origen Protegida y Sello de Garantía de la República de Cuba, se presenta en cinco exquisitos surtidos de variados formatos: Carta Blanca, Carta Dorada, Añejo Suave, Añejo y Añejo Superior 10 Años.

Credito
Por: José Pablo Navarro, Primer Maestro del Ron Cubano y César Martí Marcelo, Maestro del Ron Cubano