Unión Europea. La movilización de diferentes entidades vitivinícolas de los países productores de vino rosado para defender su identidad ha calado en las instituciones de la UE, en cuyo seno se había optado por permitir la mezcla de vino tinto y blanco de mesa para obtener rosados.
Gracias a este esfuerzo, se revocó la decisión anterior de permitir estas mezclas, y de nuevo el vino rosado tendrá un papel protagónico.
La comisaria de Agricultura y Desarrollo Rural de la UE, Mariann Fischer Boel, anunció que se retira de forma oficial la propuesta de la normativa, recogida en el reglamento de prácticas enológicas que dimana del reglamente número 479/2008 del 26 de abril del 2008.
El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cigales -precisamente una de las zona vitivinícolas europeas más claramente identificada con el rosado- se mostró ayer «muy satisfecho con esta resolución y agradece «enormemente a todos los medios y personas afines el apoyo prestado para que se escuchara nuestra defensa de la identidad del rosado».
También el Consejo Regulador de la DO Toro destacó que «el rosado tradicional ha ganado la batalla».
La Conferencia Española de Consejos Reguladores del Vino (CECRV) había lanzado un Manifiesto por la Defensa del Vino Rosado Europeo, al que se han adherido números ciudadanos y entidades, como ayuntamientos, bodegas, empresas de enoturismo, o incluso el prestigioso cocinero Ferran Adrià.
La CECRV y las confederaciones de vinos de Francia, Italia y Suiza reclamaron al Parlamento Europeo que analizase el impacto negativo que tendría en las zonas productoras de vinos rosados el hecho de permitir las mezclas de tintos y blanco.
«El vino rosado se elabora con el mosto virgen de uvas tintas, es el vino más puro por excelencia, por lo que esta práctica iría totalmente en contra de su verdadera elaboración, perjudicando a todo el sector vitivinícola y sería un fraude para los consumidores», señala en una nota la CECRV.