Cuando una pareja decide embarazarse, su mayor deseo es tener un hijo fuerte y saludable. Sin embargo, es importante conocer que el estado nutricional de la mujer antes de la gestación, o durante esta, constituye un factor determinante en los resultados del embarazo, tanto para la mamá como para el bebé.
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Durante este período el control nutricional es mucho más difícil porque ocurre un incremento de las necesidades nutricionales para cubrir el crecimiento y desarrollo del feto, además de los cambios estructurales y del metabolismo que aparecen en la madre. Por otra parte, se reportan mayor número de complicaciones durante el embarazo relacionados con un peso materno inadecuado (ya sea por exceso o por defecto).
Por ejemplo: las gestantes obesas y con sobrepeso tienen un riesgo de 2 a 3 veces mayor de padecer de diabetes en el embarazo que las embarazadas de peso normal. El riesgo de sufrir hipertensión arterial es aun más elevado, así como también de requerir cesárea y presentar complicaciones postoperatorias y fetos muy grandes (macrosómicos). Por su parte, las gestantes desnutridas corren el riesgo de parto pretérmino (antes de las 37 semanas de gestación) y afectaciones del feto: dificultad respiratoria, anemia, lesiones cerebrales, entre otras. Todas estas complicaciones aumentan, a su vez, el riesgo de muerte infantil.
Es por todo esto, que se hace necesario cumplir con una serie de recomendaciones nutricionales:
Alimentación saludable durante el embarazo
El aporte de energía: una mujer embarazada con edad entre 18 y 35 años y actividad física normal deberá recibir diariamente, desde el comienzo del embarazo, un suplemento de 285 kilocalorías por encima de las 2090 que le corresponden si no estuviera embarazada (lo que haría un total de 2375 kilocalorias al día). Estas deben ser distribuidas de forma balanceada: 12 % de proteínas, 28 % de grasas y 60 % de carbohidratos, con una frecuencia de alimentación de 6 veces al día. Cuando se trate de una mujer con desviaciones del estado de salud, se indican dietas modificadas según corresponda en cada caso.
Las proteínas: ellas garantizan un suministro adecuado de aminoácidos esenciales. Las proteínas de origen animal deben representar el 50 % del total de proteínas (carne, huevo, pescado).
Las grasas: son de gran importancia en la dieta, ya que aportan ácidos grasos esenciales, forman parte de las paredes celulares y participan en la formación de ciertas hormonas. Además actúan como transporte para algunas vitaminas. Ellas también desempeñan un papel significativo en el desarrollo del Sistema Nervioso Central del feto y del recién nacido, y se recomienda que su fuente de consumo sea de origen vegetal.
Los carbohidratos: su función principal es aportar energía. Se plantea que entre el 50 % y 70 % de los carbohidratos debe suministrarse en forma de cereales, raíces, tubérculos y frutas, en vez de azúcares refinados (que aportan calorías "vacías"). Además, los primeros aportan también fibras, minerales y vitaminas.
Las vitaminas: son compuestos indispensables para el crecimiento, desarrollo y mantenimiento del organismo humano y que se necesitan adquirir a través de los alimentos, ya que el organismo no las puede producir.
La vitamina A es esencial para una visión normal, el crecimiento y la integridad del sistema inmunológico. Sus principales fuentes son los alimentos de origen animal (hígado, pescado, huevo y productos lácteos) y en ciertos vegetales (zanahoria, espinaca, lechuga) y frutas (fruta bomba y mango).
Vitamina D, esencial para el buen desarrollo y funcionamiento del sistema esquelético. Sus principales fuentes son de origen animal (aceite de hígado de pescado, pescados en conserva, yema de huevo, hígado de cerdo, carnero, ternera, mantequilla y queso crema).
La carencia de Vitamina B-6 puede producir alteraciones en la piel, así como pérdida de ánimo y de apetito, abortos espontáneos, malformaciones fetales, entre otras. Sus fuentes más ricas son los cereales integrales (trigo, arroz, avena y maíz), las vísceras, carne fresca de res, pescado, cerdo, los embutidos, la leche y los vegetales verdes.
Asimismo el ácido fólico es de particular importancia para la división celular y el crecimiento de órganos y tejidos, y su carencia se asocia fundamentalmente a malformaciones fetales de la cabeza y la columna. Sus mejores fuentes son el hígado, las carnes, el huevo entero, las leguminosas, los cereales integrales, las viandas (papa, calabaza, boniato), vegetales frescos (quimbombó, berro, nabo, pimientos y tomates) y frutas (melón, plátano y cítricos).
Los minerales también son elementos químicos fundamentales para el buen estado de salud y funcionamiento del organismo humano: el calcio, importante para el desarrollo del sistema esquelético y de los músculos y nervios, lo podemos encontrar en la leche y sus derivados, mariscos, frijoles y algunas hortalizas. El hierro interviene en la formación de glóbulos rojos, su carencia puede producir anemia durante el embarazo, niños bajo peso o nacidos antes de tiempo. Sus fuentes principales están en el hígado, carne de res, aves y mariscos; además en cereales, leguminosas y verduras, Por otra parte, es importante tener en cuenta que la vitamina C puede aumentar la absorción del hierro, por lo que se recomienda su administración simultánea.
A continuación presentamos un patrón de alimentación para embarazadas, que puede servir como guía para poner en práctica lo antes comentado, pero que también puede ser modificado:
Menú para mamá
Desayuno
- 1 taza de leche o yogurt
- 1 unidad de fruta
- 1 unidad de pan
- 1 cucharadita de aceite
- 1 cucharada de azúcar
Merienda
- 1 taza de leche o yogurt
- 2 unidades de galleta o 1 rebanada de pan de un dedo de grosor
- 1 cucharada de azúcar
Almuerzo
- 1 unidad de fruta
- 1 taza de leguminosas (1/2 taza granos + líquido)
- 1 onza de carne de res, carnero, pollo, pescado o 1 huevo
- 1 onza de arroz, pastas alimenticias o harina de maíz
- ½ taza de viandas
- ½ taza de vegetales
- 4 cucharada de postre
- 1/3 de unidad de pan
- ½ cucharada de aceite
Merienda
- 1 taza de leche o yogurt
- 2 unidades de galleta o 1 rebanada de pan de un dedo de grosor
- 1 cucharada de azúcar
Comida
- 2 ½ onza de carne de res, carnero, pollo o pescado
- 1 taza de arroz, pastas alimenticias o harina de maíz
- ½ taza de vegetales
- 4 cucharadas de postre
- 1/3 unidad de pan
- 1 ½ cucharada de aceite
Cena
- 1 taza de leche o yogurt.
Credito
Redacción Excelencias Gourmet