Este 18 de octubre es el Día mundial de la menopausia. Esta etapa, aunque natural de la vida de una mujer, suele ser un torbellino hormonal que a menudo desestabiliza la salud y el bienestar. Aumento de peso, enfermedades cardiovasculares y pérdida de densidad ósea son solo algunos de los cambios que genera la disminución de estrógenos en el cuerpo femenino. De ahí que sea clave mantener una buena alimentación capaz de contrarrestar sus afecciones.
Elegir los alimentos adecuados puede ser el mejor garante para controlar el peso, fortalecer los huesos e incluso reducir los molestos sofocos, que caracterizan al síndrome climatérico. A propósito de la fecha, te compartimos algunos imprescindibles que deberías tener en la despensa para afrontar esta etapa sin temores ni dolencias.
1. Ciruelas pasas
Un estudio reciente de la Universidad Estatal de Pensilvania, demostró la pertinencia del consumo de este fruto seco para la menopausia. Las ciruelas no solo ayudan a mejorar la digestión gracias a su alto contenido en fibra, sino también a la salud ósea, puesto que reducen el riesgo de osteoporosis y fracturas.
2. Soja y fitoestrógenos
La soja y otros alimentos ricos en fitoestrógenos, como la alfalfa, el trébol rojo y las semillas de uva también son aliados de la nutrición en tiempos de menopausia, puesto que compensan la pérdida de estrógenos en el cuerpo. Los fitoestrógenos son compuestos vegetales que imitan la función de los estrógenos humanos. La mejor combinación para ellos es la fibra y los probióticos en aras de contribuir a un mejor metabolismo.
3. Pescados grasos
La presencia del omega 3 en el organismo siempre viene bien. Así que la menopausia no es la excepción. Integra a la dieta los pescados como el salmón, la caballa y el atún ricos en estos ácidos grasos, que son antiinflamatorios y benefician la salud del corazón al reducir el LDL o colesterol malo. Mientras, su contenido en vitamina D favorece la absorción de calcio.
4. Lácteos bajos en grasa y alimentos ricos en calcio
Pero si hablamos de calcio tampoco pueden faltar los lácteos. No pierdas de vista el yogur, el queso y la leche, donde se halla en gran medida este nutriente esencial para los huesos. Aunque en menor medida, también son las almendras, el brócoli y las espinacas fuente de la sustancia.
5. Frutas y verduras frescas
Para finalizar un clásico para todas las dietas: frutas y verduras. Ellas resultan especialmente ricas en antioxidantes, sobre todo las fresas, los arándanos y los albaricoques. Por ello ayudan a combatir el envejecimiento celular y reducen la inflamación en el cuerpo. Mientras, las verduras de hoja verde como la col rizada y las espinacas proveen vitaminas, minerales y fibra, favorables a la digestión.