El vino en Francia no es solo una bebida, sino una parte integral de su cultura, economía y patrimonio. Cada región vitivinícola cuenta con una historia única que contribuye al prestigio y diversidad del vino francés a nivel mundial.
La historia del vino en Francia es rica y profunda, con raíces que se remontan a la antigüedad. Los griegos introdujeron la viticultura en la región de Marsella en el siglo VI a.c., y los romanos la expandieron significativamente a lo largo de la Galia mejorando las técnicas vitivinícolas.
Durante la Edad Media, los monasterios desempeñaron un papel crucial en la producción y perfeccionamiento del vino y la calidad de los vinos franceses comenzó a ganar reconocimiento internacional.
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A partir del Siglo XVI en adelante aumenta la fama internacional de los vinos franceses, siendo este período muy importante por varios factores. Los productores empezaron a entender las particularidades del terroir mejorando la calidad de los vinos, expandiendo los viñedos; la influencia de la nobleza francesa se convirtió en símbolo de estatus y refinamiento y por ser preferidos por los ingleses, que consolidaron su mercado de exportación.
Al igual que toda Europa en el Siglo XIX, la filoxera devastó los viñedos, pero la industria se recuperó mediante la replantación con cepas injertadas en raíces americanas resistentes.
En el Siglo XX, en 1936 fue creada la legislación y las denominaciones de origen protegieron y promovieron la calidad del vino francés, consolidando su reputación global.
Hay tres regiones que se consideran las de mayor prestigio internacional, las mismas que son mi selección y recomendación para descubrir la esencia de cada una de las subregiones.
Burdeos por sus vinos tintos de taninos bien estructurados y blends de cabernet sauvignon, merlot y cabernet franc y en variedades blancas, sauvignon blanc, semillon y muscadelle. Se divide en varias regiones vitivinícolas:
- Medoc, vinos de larga vida con las subregiones Margaux, Pauillac y Saint Estephe
- Graves, con blancos y tintos y subregiones Pessac-leognan y Sauterns
- Saint-Emilion, renombrada por sus tintos complejos, con subregiones Saint-Emilion y Pomerol
- Entre Deux-Mers, vinos blancos secos aunque también producen tintos
- Blaye y Bourg, vinos de altísima calidad menos conocidos internacionalmente con precios más accesibles.
Borgoña reconocida por su pinot noir y chardonnay, sus subregiones:
- Chablis por sus vinos blancos secos y minerales exclusivamente de uva Chardonnay
- Cote de Nuits por sus tintos pinot noir y sus subregiones Chambertin, Nuits-Saint Georges y Vosne-Romanée Cote de Beaune tintos y blancos con subregiones Meursault, Puligny-Montrachet y Pommard
- Cote Chalonnaise por sus tintos, blancos y espumoso y sus subregiones Mercurey, Givry y Montagny
- Maconnais por sus famosos blancos de las subregiones Pouilly-Fuissé y Saint Véran
- Beaujolais por sus tintos frescos y frutales hechos de Gamay y sus subregiones Moulin-a-Vent, Fleurie y Morgon
Champagne cuna del vino espumoso más famoso del mundo y sus variedades Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier. Se divide en subregiones:
- Montagne de Reims su pinot Noir que aportan estructura y cuerpo
- Vallée de la Marne por su Pinot Meunier y sus regiones de Epernay y Damery
- Cote des Blancs famosa por su Cramant y Avize
- Cote de Sezanne se enfoca en Chardonnay
- Aube famosa por su Pinot Noir con un perfil frutal y especiado
Hay mucho más por decir de otras regiones y del vino francés. La diversidad de sus terroirs y tradiciones vitivinícolas me representan un patrimonio de elegancia y sofisticación desde tintos robustos y blancos frescos hasta espumosos elegantes que relejan el profundo conocimiento y la experiencia en viticultura que caracteriza a este país y se refleja en cada botella.
¡Salud por el legado!