Cada 10 de diciembre, Estocolmo se convierte en el epicentro mundial del glamour gastronómico con la celebración del banquete del Premio Nobel, un evento cuya magnitud sigue sorprendiendo año tras año: 1.300 invitados, un menú valorado en 450 € por persona y un despliegue técnico y escénico que convierte la gala en un auténtico espectáculo.
Este 2025, los premiados abarcan campos tan diversos como la física cuántica, la química de materiales, la medicina inmunológica, la literatura, la activismo por la paz o la economía de la innovación.
Sin embargo, hay un secreto que no se desvela hasta el último instante: ¿qué se servirá esta noche en la cena más exclusiva del mundo?
El Salón Azul: el escenario del banquete del Premio Nobel
El banquete tiene lugar en el imponente Salón Azul del Ayuntamiento de Estocolmo, presidido por los reyes de Suecia. La entrada real, anunciada con órgano y trompetas, es el inicio de una velada milimétricamente coreografiada.
Más de 60 mesas esperan a los comensales, vestidas con:
- 470 metros de lino,
- 7.000 piezas de porcelana,
- 5.000 vasos,
- 10.000 cubiertos de plata.
La vajilla es una de las joyas del evento: diseñada en 1991 por Karin Björquist, se utiliza solo una vez al año, convirtiéndose en un patrimonio efímero de la gastronomía.
Por su parte, las célebres copas Nobel Wine, creadas por Gunnar Cyrén, son levantadas por los laureados cada diciembre como un gesto simbólico.
10.000 flores para un jardín efímero
La decoración floral es otro de los emblemas del banquete:
más de 10.000 flores y 6.000 plantas visten el Salón Azul, transformándolo en un jardín de invierno.
La música, a cargo de la compañía Orion, acompaña la cena con pequeños interludios escénicos que mantienen una atmósfera de ensueño.
Los chefs del Nobel: talento global cada año
El chef responsable del menú cambia en cada edición. No existe un único maestro, sino un equipo internacional que se elige específicamente para la gala.
- En 2008, participaron 68 chefs, entre ellos el uruguayo Germán Olmedo.
- En 2029, el protagonista fue Sebastian Gibrand, medalla de plata del Bocuse d’Or.
Este año el nombre no se hace público hasta el último momento, alimentando aún más el misterio.
En las cocinas del Ayuntamiento, más de 40 chefs trabajan contrarreloj.
Los cocineros Pi Le y Tommy Myllymäki, responsables de los primeros platos, adelantan que los ingredientes del bosque nórdico serán esenciales:
- setas porcini secas
- endrinas
- frambuesas silvestres.
El servicio comenzará con un entrante acompañado de 400 botellas de champán.
Una vajilla renovada y un menú con alma familiar
Por primera vez en tres décadas, la vajilla incorpora una novedad: un cuchillo de mantequilla de roble, creado artesanalmente por el hermano del chef Pi Le. Las 1.300 piezas fueron elaboradas con ayuda de toda la familia.
El postre, firmado por la pastelera Frida Backe, tiene su origen en los recuerdos del bosque de su infancia, con las endrinas como protagonista.
Un espectáculo gastronómico único en el mundo
El banquete del Premio Nobel es mucho más que una cena:
es una celebración del conocimiento, la cultura y la alta gastronomía, donde tradición y creatividad conviven para dar forma a uno de los eventos más emblemáticos del planeta.
En pocas horas, Estocolmo volverá a brillar.
