El Laboratorio Cornell de Máquinas Creativas inventó una impresora 3-D que no sólo 'imprime' los alimentos, sino que ofrece la opción de crear casi cualquier diseño imaginable, con los ingredientes favoritos.
La nueva impresora utiliza tintas comestibles y un sistema electrónico llamado FabApps. Después de elaborar en una computadora el diseño de la comida, la impresora la comienza a construir.
Aunque por ahora no es posible obtener todo tipo de platillos, se puede utilizar chocolate o queso fundido, cualquier ingrediente que pueda pasar a través de una jeringa.
En el caso de los alimentos más grandes, se les muele y mezcla con otros líquidos para hacer la 'tinta', como una carne de hamburguesa con catsup y mostaza.
El jefe del laboratorio de Cornell, Jeffrey Lipton Ian, creó una nueva forma de impresión que permite cambiar la textura de los alimentos, llamada impresión estocástica. Un totopo de maíz puede adquirir la forma de una flor en espiral, con la textura y el tamaño para ser freído con facilidad.
Esta tecnología abre un mundo de nuevas posibilidades para los alimentos: los chefs pueden personalizar los platillos utilizando ingredientes más saludables, y en casa, señala la empresa, los padres tienen la posibilidad de hacer con el brócoli, los chícharos o las zanahorias atractivas naves espaciales.
Ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusets también crearon su 'fábrica de alimentos' personal.
