Don Miguel Torres: “Hacer vino no es un negocio, sino una forma de vida”

Creado: Dom, 13/11/2016 - 18:46
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Por: Patricia Cáceres
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Don Miguel Torres: “Hacer vino no es un negocio, sino una forma de vida”
Don Miguel A. Torres,  depositario en carne y hueso de una tradición familiar centenaria, y cuarta generación al frente del principal exportador de vino español, visitó recientemente Cuba. En su corta agenda llegó nada menos que hasta el Hotel Meliá Habana, donde aguardaban sommeliers, funcionarios, embajadores, artistas y una representación de la prensa cubana,  ansiosos por conocer al “timonel” de la marca de vino más admirada del mundo.
El escenario no podía ser otro que Cuba pues, como él mismo recordara, Bodegas Torres ha estado siempre profundamente ligada a la historia de este país. Nació del sueño de Don Jaime Torres, quien llegara a la ínsula antillana buscando fortuna en 1855, y que luego la fundó junto a sus hermanos en Vila Franca del Penedés, allá por 1870. Las exportaciones comenzaron en una fecha tan temprana como 1876, cuando los vinos llegaban en barricas a Santiago de Cuba, y tras un intervalo se reanudaron nuevamente en 1994, a través de Surcontinente S.A.
Pero no solo la historia de la empresa tiene puntos en común con la nación caribeña. Él mismo reconoce, a modo de broma, que es de “producción cubana”, pues sus padres lo concibieron durante una estancia en La Habana. Quizás ese sea el secreto de su especial cariño por Cuba y su deseo de impulsar el desarrollo de sus profesionales. “Entre 2007 y 2016 hemos trabajado en fomentar aquí la cultura del vino, propósito en el que se hemos invertido unos 100 000 euros”, comentó. 
El turismo en este país —dijo— tiene ahora muchas oportunidades que debe saber aprovechar. Entre otras cosas, se siente muy feliz con los avances del sector gastronómico y la proliferación de los restaurantes, y recalcó que su empresa siempre apoyará el desarrollo y crecimiento de los profesionales.
A sus 75 años, todavía le mueve la pasión por la enología y la viticultura. Acumula la sabiduría de generaciones dedicadas a sacarle a la tierra sus mejores frutos, a la que le suma un gran interés especial por la innovación, la ecología y el comercio justo. Actualmente la empresa elabora vinos en España, Estados Unidos y Chile, y tiene una presencia significativa en más de 150 países.
Compromiso con el medio ambiente
La filosofía de la familia Torres en cuanto al cultivo de la vid empieza con el respeto al medio ambiente.  “Cuanto más cuidamos la tierra, mejor vino conseguimos”, asevera tajante Don Miguel. “Si la temperatura sigue aumentando será imposible producir vino, porque la vid es muy sensible y delicada”, reflexiona con inmensa preocupación. Como él mismo expresa, ha sido testigo del aumento en 10C de la temperatura media del Penedes en los últimos 40 años. 
Bodegas Torres ha invertido 10 millones de euros en proyectos de energías renovables, transporte eco-eficiente y optimización del uso del agua, en la participación en proyectos de investigación medioambiental nacionales e internacionales y en la reducción del CO2. Estas actuaciones le han a la empresa reducir hasta la 2015 un 12,9% sus emisiones de CO2 por botella. El propósito es lograr que la cifra llegue al 30% en el año 2020.  
Según recuerda, entre las iniciativas que se están implementando desde hace varios años figura la utilización de paneles fotovoltaicos y solares en sus instalaciones, la recolección de agua de lluvia para cubrir las necesidades de la bodega, así como el uso de vehículos eléctricos para múltiples funciones (hasta el mes de octubre disponían de 85). 
Pero el esfuerzo de Bodegas Torres por contribuir a la preservación del medio ambiente lo protagoniza el mismo Don Miguel, quien desde hace un tiempo maneja con orgullo un coche híbrido, como mensaje a sus familiares y coterráneos.
Responsabilidad social
Durante su intervención en La Habana Miguel Torres también resaltó que su empresa, como otro de sus pilares de desarrollo, ha desarrollado desde el año 2010 un programa de Responsabilidad Social y Comercio Justo, el cual está basado en el protocolo Fair For Life de la certificadora Suiza IMO. El 65% del total de ventas se obtiene bajo esta premisa. 
La certificación conlleva un premio o “prima”, valor monetario que se deriva de la venta de cada uno de los productos rotulados con el sello FAIR FOR LIFE y que corresponde al 5% del costo de la uva más el 5% del costo de la mano de obra directa involucrada en el proceso. Tiene por objetivo el correcto uso de los recursos de la prima, utilizándolos principalmente en el mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores, sus familias y la comunidad cercana.
Otro elemento a destacar es la Fundación Miguel Torres la cual cada año, en algún lugar del mundo, entrega una escuela o una casa de acogida para niños huérfanos. 
La investigación también importa
En la filosofía de Bodegas Torres también ha primado un especial interés por la investigación que —al decir de Don Miguel— ha sido clave en la búsqueda de productos diferenciados y de calidad superior. “Nos centramos entre otros temas, en los suelos y técnicas in vitro y trabajamos por recuperar variedades ancestrales catalanas, para los cual invertimos más de un millón de euros”, explicó. 
Para adaptarse al cambio climático y evitar el desfase entre la maduración y el contenido de azúcares y el aroma, han estudiado varias técnicas y medidas de adaptación. También han explorado terrenos a mayores alturas, en la búsqueda de zonas más frescas para el cultivo de la vid, de cara al aumento de las temperaturas en el futuro. 
Más cerca de sus consumidores
Conocer los gustos y preferencias de los consumidores ha sido otra de las prioridades de la familia Torres en estos años. Fe de ello dan sus vinotecas en Barcelona, Santiago de Chile, Shanghái y Bahrein, donde pueden interactuar con los amantes de la cultura del vino.
En este sentido, también ha sido importante  el Centro de Visitas en Pacs del Penedès, inaugurado en 1992, el cual recibe unos 100 mil visitantes cada año, interesados en conocer el proceso de elaboración del néctar que los distingue.
Otra de sus iniciativas es el Wine and Culinary International Forum, un encuentro que comenzó hace cuatro años para explorar el maridaje de los vinos Torres con diferentes productos gastronómicos. Asimismo colaboran con la Fundación del Vino en España, para promover el consumo responsable de esta bebida, y desde las redes sociales permiten a los usuarios  conocer todos sus productos y aprender de manera interactiva sobre ellos.
El secreto está en la familia
 “Hacer vino no es un negocio, sino una forma de vida”, afirma Don Miguel.  Tal es así, que la familia Torres reinvierte cada año el 95% de los beneficios, lo que permite autofinanciar la empresa, y enfocarse en buscar mayor calidad de los productos a largo plazo.
No en vano la empresa ha sido galardonada con numerosos reconocimientos, y ha sido elegida como la marca de vino más admirada del mundo durante dos años consecutivos (2014 y 2015), según el ranking publicado por la revista británica Drinks International.
A ello se añade el haber ido elegida este año como Best Wine Experience en la primera edición de los premios de la World Food Travel Association (WFTA), autoridad mundial en turismo gastronómico que reconoce la excelencia de la experiencia para el visitante.
Al preguntarle a Don Miguel sobre el secreto del éxito, responde tajante: “Todo radica en ser una empresa extrañamente familiar en esta época de fusiones y megacorporaciones”. 

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