El gobierno alemán propuso normas más estrictas para la producción de alimentos para animales tras el hallazgo, la semana pasada, de altos niveles de dioxina en huevos y carne de cerdo.
La dioxina es un producto químico que puede producir cáncer.
La ministra de Agricultura, Ilse Aigner, dijo que la manufactura de aceites y grasas para alimentación animal, y aquellos para uso industrial, sería separada.
Alemania se vio forzada a cerrar miles de granjas luego de que cerdos y pollos recibieran como alimento grasas que debían ser para uso industrial, altas en dioxina.
La mayoría de las granjas recibieron la luz verde para operar, pero las restricciones siguen en pie. Fuente: BBC Mundo
