Los cócteles añejados en barrica de madera, también conocidos como Vintage Perfection Cocktail, se han convertido en una nueva tendencia de gran crecimiento mundial en los más renombrados bares de ciudades como Londres, París, Moscú, Nueva York, e incluso recientemente han llegado a La Habana, Cuba, donde han encontrado en el Habano un compañero ideal de travesía.
Recientemente, los asistentes al V Simposio Habana- Habanos, que tuvo lugar del 12 al 14 de agosto en el Museo del Tabaco, perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, tuvieron la oportunidad de degustar una de estas maravillas añejadas y maridarlos con un Habano espectacular, el Petit Robustos de la marca de Habanos Hoyo de Monterrey, considerado por amantes y expertos como una de las vitolas más apreciadas de la marca e incluso de todos los Habanos.
El maridaje se realizó con un cóctel Presidente, típico de Cuba, el cual se pudo combinar junto con el Petit Robustos, tanto en su mezcla original de Havana Club 3 Años, vermouth rojo, granadina, hielo y cáscara de naranja, como en su forma añejado luego de ser pasado tres meses por barrica de roble.
El puro Petit Robustos Hoyo de Monterrey ofrece una mezcla de sabores untuosos, delicados y aromáticos, con una gran elegancia y complejidad. Es quizás uno de los Habanos ideales para aquellos fumadores que gustan de las fortalezas suaves, y desean un puro siempre agradecido, que regala al paladar sabores aterciopelados, y que no pierde sus características en ninguno de los tercios de fumada.
Aunque la combinación de Habanos con cócteles es una tendencia relativamente joven, en el caso de las mezclas añejadas pueden convertirse en muy poco tiempo en una opción ideal, dado el auge que tiene en el mundo de los barmans.
Si en el tradicional servicio del bar el cliente espera varios minutos por una bebida, para degustar esta innovación en bebidas de elite deberá aguardar de 2 a 6 semanas, pues se trata de lograr novedosas mezclas de whisky, vermouth, brandy o bitters, las cuales son depositadas en barricas por determinado tiempo, para que esta le aporte nuevas notas a su sabor, tanto de vainilla, caramelo o especias, dándole una interacción a los alcoholes durante el proceso de añejado, e incluso aportándole de forma notable el color propio del roble.
Esta técnica, que permite la evolución y transformación del cóctel ,depende del tiempo y de la madera, gracias a los cuales se pueden degustar fórmulas tradicionales como el Dry Martini, Manhattan o Negroni con un sabor muy diferente, y en muchos casos la base más común utilizada es el whisky.
La combinación de Habanos con cócteles añejados, en este caso el muy cubano Presidente, de seguro no será la única,pues este es apenas uno de los primeros pasos en un terreno poco explorado, pero que promete ser uno de esos horizontes abiertos para bartenders, fumadores y sommelieres, cuyo único limite será la imaginación y el gusto de cada cual por acompañar con la mejor elección posible, esas verdaderas joyas que son los Habanos.