David Molina, ganador del concurso de la Cuatro TV: "Deja un sitio para el postre"

Creado: Dom, 17/04/2016 - 12:21
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Por: Enric Ribera Gabandé
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David Molina, ganador del concurso de la Cuatro TV: "Deja un sitio para el postre"

Pregunta,- ¿Cómo surgió el participar en el concurso de la Cuatro TV, Deja un espacio para el postre?

Respuesta,- Fue una aventura y una experiencia diferente. Nosotros estamos acostumbrados a mucho estrés. Muchas horas de trabajo. El tema de la TV sentado en casa en el sofá no se ve. Tanto el programa como la grabación fue una experiencia muy dura y difícil. Estar dos meses grabando fuera de casa fue algo muy bonito pero a la vez muy duro.

P,- En un inicio, tú no querías participar.

R,- Yo el mundo de la TV, a razón de nuestro trabajo, la vemos poco. No creo mucho en ella; es para ver las noticas. Leí en un periódico de Lleida que hacían un casting para un programa de TV y se lo comenté a la madre de mí hijo y ésta me dijo: ¡ya tardas en apuntarte! Le respondí: tengo que pasar castings…Es una tontería. No quiero. El deseo es que me conozcan por mi trabajo que hago en el restaurante, no por la tele.

P,- ¿Cómo se concretó, finalmente?

R,- Pues al cabo de 15 días me llamó una señorita y me dijo soy Nuria de Deja un sitio para el postre de la Cuatro Magnolia TV Productora, y me preguntó si quería apuntarme al casting, y le respondí que no. Reflexioné después…Si tiene que ser, será. Adelante! Al llegar a casa le comenté a Xenia, mira me han llamado para este concurso. Ella me contestó, sí, lo he hecho yo.

P,- ¿Cuántos aspirantes optabais?

R,- En el primer casting éramos casi 10.000. Me acuerdo qué en el primer día de Madrid, estábamos unos 3.000, de los cuáles quedamos los finalistas, 35 aspirantes.

P,- ¿Durísimo?

R,- Muy duro. En TV lo hacen con mucho suspense. «Ahora cortamos porque esta imagen no nos sirve». Te relajas porque el jurado tome la decisión. Por otra parte, el entrar en el obrador de Paco Torreblanca fue complicado, pero, sin duda, una experiencia única.

P,- Después de conseguir este prestigioso premio, ganaste también el concurso de Mejor Repostero Amateur de España.

R,- Sí, fue después de Deja un sitio para el postre.

P,- ¿Qué ha representado el ganar las dos competiciones reposteras?

R,- Me ha abierto muchas puertas. No fue lo más importante el tema económico, sino fue la beca para poder entrar a formar parte de la Escuela de Paco Torreblanca. Con 34 años fue muy importante. A mí, con 18 años me dicen que a los 34 entraría en la Escuela de Torreblanca, ni me lo podría haber creído.

P,- ¿Qué reprentó para ti convivir el día a día con Torreblanca?

R,- Ha sido el acabar la formación después de muchos años en este oficio. Después de formar parte de la Escuela, la gran meta fue el aprendizaje.   

P,- ¿Eres cocinero o repostero?

R,- Ahora se me conoce más por la repostería. Por cierto, hace poco ha salido a la luz mi primer libro de repostería, que es la gran ilusión de todo cocinero.

P,- Insisto en el tema, ¿Eres cocinero o repostero?

R,- Yo soy cocinero. Comencé en el restaurante familiar y siempre he estado entre fogones. Ahora me defino como cocinero de dulce y salado. La gente me dice: «igual haces un plato que haces un postre». Muy poca gente lo puede decir, porque no se acostumbran a conjugar las dos facetas.

P,- ¿Por cuáles restaurantes ha pasado en su corta pero dilatada vida profesional?

R,- Yo siempre he estado al lado de mi padre. A la defunción de él, yo tiré hacia adelante el restaurante, que por cierto no entraba en mi filosofía. Aprendí mucho de él, de la cocina del xup-xup, de las abuelas, de la cocina bien hecha, del hacer un buen caldo, un buen fumet, una buena salsa española…Mientras estaba en el restaurante de la familia, pasé por Alquimia, Freixa, Joan Roca y Óscar Velasco, en la cocina de Sant Celoni.

P,- ¿Cómo se hace la cocina?

R,- Solamente hay dos maneras de hacerla; bien o mal. Sin duda, hay qué apostar por hacer las cosas bien.  

P,- ¿Cuál es tú próximo proyecto?

R,- Tenía ofertas de New York y de Madrid. Pero me tira mucho mi tierra, porque en ésta tengo la familia, el hijo y la pareja. El proyecto en el que estoy metido es el abrir para el mes de mayo un pequeño restaurante en Lleida para 20/22 comensales. Habrá una terraza para hacer vermuts los fines de semana. La gastronomía estará elaborada con productos frescos de la tierra.

P,- ¿Qué nombre le pones?

R,- Quería ponerle Molina, pero, finalmente, hemos decidido el nombre de Crápula, dedicado a la persona que le gusta el buen comer, el buen beber, el buen fumar…En resumen, a la persona que le gusta la gastronomía.

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