Japón. La pasión en este país por el atún y otros pescados crudos y la 'japonización' gastronómica a escala universal y en porciones de sushi y el 'sashimi' amenazan gravemente la existencia de los atunes rojos atlánticos en el Mediterráneo.
Estos peces veloces y voraces son como "los tigres y los leones", los grandes depredadores del mar entre tierras, que están situados en la cúspide de la cadena trófica y pueden llegar a pesar una tonelada.
Ahora han migrado desde el Atlántico hasta las aguas cálidas del Mediterráneo donde las hembras ponen hasta 65 millones de huevos.
La descripción apasionada corresponde a Xavier Pastor, biólogo marino, director de la ONG Oceána para Europa, ex líder del Greenpeace y ex investigador del Instituto Español de Oceanografía. (IEO) que clamó por la preservación urgente de la especie, según el sitio español Elpais.com.
"Los atunes son como un misil o un torpedo si tienes la oportunidad de privilegio de nadar a su lado; alcanzan los 72 kilómetros por hora, son bellos, de sangre caliente y por ello siempre se han de mover. Regresan al lugar al que nacieron para reproducirse, tienen gran fidelidad y ésta también es su amenaza", relata Pastor. Son capturados en demasía para atender la alta demanda del mercado oriental y mundial.
"Las poblaciones están al límite, al borde del colapso, en proceso de extinción comercial y casi biológico. La una situación es dramática por la sobreexplotación pesquera", explicó Pastor en Palma al presentar la exigencia de creación de un "santuario" una zona libre de pesca al sur de las Baleares, uno de los dos enclaves marinos, junto un área del Golfo de México, donde se efectúan las concentraciones de cría del llamado atún rojo atlántico.
Oceána y Marviva, dos ONG, recorrieron en el verano de 2008 las zonas de desove y pesca del Mediterráneo y evaluaron la grave situación. Reclaman "acciones inmediatas" en las zonas de transición, cerca de Formentera, también en Sicilia, el Tirreno, el Canal de Malta y al este del Peloponeso, en las islas griegas, en el Mar Egeo.
Los proteccionistas postulan "una pesca sostenible", como las almadrabas, porque durante milenios así sucedió y rechazan los cercos gigantes y las jaulas enormes. Las Legiones de Roma viajaban con paté de atún o pescado seco según Pastor que afirmó que hay datos desde 7.000 años antes de Cristo de las pesquerías del también llamado "toro del mar."
La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) se ha comprometido a facilitar datos para 2010 con vistas a declarar reservas marinas para esta especie.
Los países del ICCAT y la UE tienen la llave del futuro de esta pesca.
Actualmente los científicos recomiendan que se capturen 15.000 toneladas anuales -en las semanas de cría de transición final de la primavera- y en realidad se autorizan 22.000 y las capturas reales multiplican la cifra por tres.
Grandes flotas italianas, francesas, españolas, también coreanas, japonesas, turcas, extienden sus cercos y atrapan miles de atunes. A miles se mantienen vivos en jaulas flotantes y son engordados para su envío en avión hasta el Japón, en momentos de pesca nula y alto precio, donde se subastan a precios desorbitados.
La sobrepesca en el ámbito mediterráneo de reproducción afecta severamente a la población de atún capturado en el Atlántico Este e incluso repercute en el stock del Atlántico Oeste, que ha sido catalogado por la Unión Mundial para la Conservación de la naturaleza (IUCN) como en "peligro crítico", según la nota de Oceana y Marviva.
Xavier Pastor indica que "Baleares -también el Congreso y el Senado español y la UE- disponen ya de la información necesaria para la declaración de una reserva para el atún rojo, que además beneficiaría a otras especies como el pez espada".