Dos jóvenes restauradores leridanos, Jordi y Assum, de 27 y 29 años, han dado la vuelta al mundo como chef y sumiller, compilando formación profesional para posteriormente ponerla al servicio del restaurante La Guspira de Liñola, donde por todos los poros de su comedor respira cocina tradicional y nuevas técnicas de elaboración de platos compilados por los dos.
La pareja inició este ambicioso proyecto en mayo de 2013, después de viajar por varios países, bebiendo de la fuente del mismísimo Ferran Adrià y de los hermanos Roca, del Celler de Can Roca de Girona.“Decidimos iniciar un nuevo proyecto personal y profesional que nos ocupara en cuanto a nuestra filosofía de trabajo y a nuestro concepto de cocina que teníamos en mente”, asevera Jordi.
Eligieron a la población leridana de Liñola (el Pla d’Urgell) y a una casa pairal de 1714. Aquí implantaron una cocina con raíz tradicional, manteniendo la esencia de los sabores de toda la vida, que es para ellos muy importante. “Nosotros no tenemos mucha carta. Contamos con tres menús degustación. Lo que pretendemos es que el cliente coma lo que nos representa. El primer menú es un clásico, compuesto de bocados clásicos de nuestra trayectoria, sabores autóctonos; el segundo es el menú La Guspira, de 6 platos que lo que hace es aportar nuevas técnicas de la cocina tradicional, nuevos matices; y el tercer es un menú experiencias, más completo”, señala el restaurador leridano. Continúa, “lo que hacemos es dar nuevas texturas al cliente, sobre todo, nuevas maneras de servir los platos. Para ello, trabajamos con artesanos de la cerámica y la porcelana, gente que nos aportado la vajilla expresamente para nosotros, hecha a mano. Cuidamos mucho este aspecto”.
A pesar de la juventud de Jordi y Assum, ya tienen en su vitrina un puñado de galardones. Entre ellos, el de Mejor Ensalada y el de Mejor Bocadillo de España 2011. También, varias veces finalistas de premios de cocina catalana; y ganadora (Assum) de eventos de coctelería a nivel nacional.
Preguntando a Jordi sobre qué especialidades culinarias le gusta preparar, el chef de La Guspira se inclina por un plato de cordero lechal cocido a baja temperatura durante 16 horas, “No nos referenciamos con platos estrella, queremos que cuando venga el comensal deguste cosas nuevas”, asegura.
Llegar aquí a los restauradores de Liñola no ha sido fácil. Mucho sacrificio, esfuerzo y no desmayar nunca, estos han sido los secretos de su trabajo, “desde muy jóvenes empezamos a trabajar muy duro. Para mí ha sido muy importante que la familia me haya transmitido valores de sacrificio y la constancia, que en definitiva son cosas muy necesarias. No obstante, no creemos haber llegado a ningún sitio. Nuestra finalidad es el poder mejorar cada día”, dice Vidal.
Para La Guspira, los tres elementos indispensables para que un restaurante tenga futuro son: la comida, el servicio y el lugar. Todo debe estar en una esfera envolvente”, concluye el restaurador de Lleida.
