Todos sabemos que una vez que se abandona un mal hábito como es el de fumar por lo general se sube de peso. Sin embargo, es posible abandonar este hábito sin la necesidad de engordar, si cuidamos de nuestra alimentación.
La dieta para quienes han dejado de fumar debe basarse principalmente en frutas y verduras ricas en vitaminas A y C. Un desayuno adecuado incluiría un zumo de naranja natural con una o dos tostadas con aceite de oliva, jamón serrano o queso fresco o un zumo de naranja y cereales con yogur natural.
También es importante que tomemos en cuenta las colaciones, por tanto, a media mañana se recomienda consumir una fruta y/o una infusión.
Después, a la hora de la hora de la comida también una pieza de fruta, ensalada o verduras, donde deben e abundar la lechuga, el tomate, las espinacas, espárragos y acelgas, carne de ave o pescado de segundo, acompañado de queso fresco.
En el caso de la merienda lo mejor es seguir con las frutas o infusiones, y en la cena una vez más verduras cocidas, un huevo cocido, el cual puede ser pasado por agua o escalfado, jamón cocido o serrano o un pescado y como postre un yogur natural o una manzana al horno sin azúcar, ó bien optar por una pieza de fruta antes de las verduras.
Por último, también es fundamental mantenernos correctamente hidratados, por tanto, resulta importante beber unos dos litros de agua o más al día y no pasar más de tres horas sin ingerir algún alimento. Además, es importante evitar las bebidas excitantes como el café, el té y el alcohol, sustituyendo por zumos de frutas ricos en vitamina C.
