Los 50 años de Cohiba marcaron el XVIII Festival del Habano

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La celebración del aniversario 50 de la marca Cohiba fue el sello distintivo y punto descollante del XVIII Festival del Habano, la selecta fiesta mundial de productores y admiradores del mejor tabaco del mundo, que se efectuó en la capital cubana del 29 de febrero al 4 de marzo de 2016. 
Una combinación única e irrepetible de clima, suelo y experiencia laboral de más de cinco siglos se conjuga en la Mayor de las Antillas para conseguir ese calificativo inobjetable de absoluta excelencia, que tiene en la marca Cohiba, su máximo representante. 
La particular historia del Cohiba se tornó leyenda cuando dejó de ser un anónimo puro de calidad excepcional, utilizado como regalo de gobierno por el presidente Fidel Castro a otros jefes de Estado, monarcas y altas personalidades, para identificarse con el nombre propio que le daban los aborígenes cubanos a la aromática hoja, cuando llegaron los españoles a Cuba. 
Embajador por excelencia de la cubanía, por su bien ganada fama de distintivo de elegancia, poder y buen gusto, el XVIII Festival del Habano también rindió culto a la muy reconocida marca Hoyo de Monterrey, que tuvo el lanzamiento de la vitola Reserva Cosecha 2012, y a la joven pero ya muy prestigiosa Cuaba, que celebra sus 20 años. 
Los historiadores de esta industria de alcance universal recordaron que la llegada al mercado del Cohiba sorprendió a los conocedores, que a esa altura estimaban insuperable mejorar aún más un producto artesanal ciento por ciento, de tanta exquisitez. Sin embargo, el milagro se confirmó y con el tiempo se supo que uno de los secretos –ciertamente, no el único- radicaba en una tercera fermentación que recibían en toneles de madera dos de las cinco hojas que intervienen en la ligada, que es en sí misma un secreto guardado a siete llaves por los productores. 
Desde los Clásicos de 1966, deslumbrantes por su porte elegante y sabor único, pasando por la serie Siglo VI y la línea 1492, Cohiba ha evolucionado también en su presentación cada vez más refinada y sofisticada, pero el aroma y el sabor sigue siendo inconfundible.
Este año, los más de 1 500 asistentes al Festival, procedentes de 50 países, tuvieron la oportunidad de deleitarse con un programa repleto de actividades relacionadas con el mundo del tabaco. 
En las visitas de los delegados a las exuberantes vegas de Vuelta Abajo, en Pinar del Río, pudieron apreciar la dedicación personal y familiar de los cosecheros del mejor tabaco del mundo, esa que sella su cualidad única e irrepetible. 
También tuvieron un emocionante recorrido por la Fábrica El Laguito, cuna del Cohiba, establecida en una antigua mansión de estilo colonial de un señorial barrio habanero de la década de 1920, que originalmente fue la primera Escuela de Torcedoras de Cuba, mujeres que de manera masiva y generalizada visten hoy con especial cuidado y refinamiento “al embajador de Cuba”.
Gran acogida tuvieron también tres momentos que se han hecho habituales: la Clase Magistral de torcido a mano del tabaco, la competencia para obtener la ceniza más larga, y la Competencia Internacional de Habanosommelier, cuyo ganador fue el cubano Juan Jesús Machín. 
Como ya es costumbre en estos festivales, que siempre cuentan con la asistencia de altas personalidades de todos los ámbitos y en particular celebridades artísticas, este año fueron excelentes exponentes de la cultura cubana quienes aportaron ese toque de distinción al evento. 
La noche de bienvenida estuvo dedicada a la marca Hoyo de Monterrey y a su Reserva Cosecha 2012, y contó con un concierto de la orquesta Havana D’Primera, dirigida por Alexander Abreu, trompetista y compositor, ganador de un Grammy Latino.
La gran cena y gala artística de clausura contó con artistas de la estatura del pianista Chucho Valdés, la cantaora flamenca Estrella Morente y el compositor e intérprete uruguayo Jorge Drexler, ganador del Granmy y laureado por Hollywood con un Oscar por el tema musical compuesto para una película que narra los días juveniles de Che Guevara. La noche fue coronada por una subasta de exclusivos humidores, cuya recaudación es donada al sistema de salud cubano. 

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