Alta cocina al borde del mar. Un congreso gastronómico que se celebra en la misma playa. Algo sólo imaginable en el Caribe. Eso es Saborea Puerto Rico, un encuentro culinario que acoge cada año en San Juan a los mejores chefs puertorriqueños, muchos ejerciendo en Estados Unidos, y a algunos invitados extranjeros.
Mientras los cocineros hacen exhibiciones de sus mejores platos, miles de personas se reparten por las carpas que protegen del implacable sol para probar arroces, pasteles, croquetas, tostón relleno... y también ceviches peruanos o quesadillas mexicanas.
Saborea es también una oportunidad para descubrir la cocina de Puerto Rico. La moderna está en fase de desarrollo, pero se aprecia un gran interés por parte de los jóvenes cocineros. Entre tanto es mejor centrarse en la gastronomía tradicional, fruto de las culturas: indígena, africana y española. Cocina que tiene, por encima de todo, sabor y sonido español: escabeche, butifarra, longaniza o morcilla son palabras habituales en el recetario popular.
Y es que el cerdo es un producto fundamental, desde esos embutidos con ligeras variantes sobre los españoles hasta el lechón asado, no un lechoncito como los nuestros sino un señor cerdo que se asa entero, cabeza incluida, y que los buenos asadores dejan bien tierno y crujiente.
Otro producto con sabor español es el bacalao, e imprescindible el arroz, que los españoles llevamos a aquellas tierras y que se come de todas las maneras imaginables.
Lo que hay en esta preciosa isla es un producto de gran calidad: frutas y verduras excelentes, buenas carnes, y pescados muy variados aunque poco consumidos. Es curioso que en una isla se coma más carne que pescado.