Turismo y gastronomía: Cuidado, hay bebidas que engañan

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Por: Francisco Menéndez
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Turismo y gastronomía: Cuidado, hay bebidas que engañan

El turismo y la gastronomía tienen mucho que ver en la actualidad con las recetas de buena salud, sobre todo para aquellas personas que salen de sus hogares para ir a otras latitudes. Por tanto, estimulados por la búsqueda de la fórmula mágica para adelgazar o mantener una calidad de vida adecuada, a veces estamos engañados sobre algunas bebidas que pueden constituir perjuicio y que encontramos a nuestro paso.

Viajar en la actualidad implica tener verdaderos conocimientos del lugar a visitar, sobre todo si lo enfocamos desde el ángulo de la gastronomía, pues no solo se trata de probar los platillos y bebidas del lugar al que vamos, sino de protegernos.

Por tanto, una recomendación favorable está en conocer, al menos básicamente, sobre lo que probaremos para ponernos en contacto con el nuevo escenario, y en ese caso las bebidas ocupan un lugar significativo.

Incluso sobre el particular, sobre las bebidas, existen algunas tendencias y conocimientos que muchos debemos tener en cuenta, sea para bajar de peso, o simplemente sentirnos mejor.

ESTUDIOS Y MÁS ESTUDIOS

Al margen de que los países pobres que no pueden darse el lujo de elegir que comer o beber, existe una creciente ola de preocupación por parte del común de los mortales, sobre votar por el mejor producto alimenticio.

 Y es el caso, que las listas en Internet cambian constantemente y ya muchos lectores ven con enojo algunas de las recomendaciones como fruto de la propaganda o el comercio.

Lo que los abuelos elogiaban y le llevaron a tener longevidad, ahora para muchos médicos constituye pecado. Pese a ello, la máxima repetible y de coincidencia entre los más eruditos está en un equilibrio de todo en la vida, sea en cómo nos alimentamos o la cantidad de ejercicio diario.

Sin embargo, una lista reciente publicada por el blog Tendencias de salud y bienestar pone una nota curiosa a esta ya perseguida información sobre cómo sentirnos mejor, ahora sobre las bebidas que más engordan.

La página desmitifica algunos productos y enluta a otros, entre ellos el de la barriga cervecera que señalan la inexistencia de datos científicos que prueben al lúpulo como responsable del sobrepeso y creador de esas protuberancias en el cuerpo.

El artículo se apoya en un informe titulado Cerveza y Calorías, una revisión científica de la doctora en nutrición británica (Manchester) Kathryn O´Sullivan.

Esta especialista es consultante en diversos programas de alimentación en el Reino Unido, entre ellos estuvo vinculada en su momento con la firma de alimentos para desayunos Kellogg.

La entendida comienza con dicha refrescante bebida alcohólica y aconseja que se debe beber con moderación, pues si se consume en grandes cantidades es lógico pensar un aumento de peso, aunque también anota que el sobrepeso también lo puede traer el exceso de vino, bebida santificada por los médicos.

¿VIVIR LA VIDA O VIVIR LAS REGLAS?

El informe recalca que cambiar una copa de vino por media pinta de cerveza puede ahorrarnos 40 calorías, lo que transgrede los reportes conocidos hasta el presente, y por tanto la lista iniciaría con sustituir los dos vasos de vino al día recomendados, por dos botellas de cerveza, y no pasaría nada.

No obstante, la investigadora coincide en que el exceso de alcohol logra impacto negativo en la esperanza de vida, aunque se inclina por el consumo moderado de cerveza como beneficio para la salud.

Señala que el lúpulo puede proporcionar vitaminas y minerales esenciales y dicho consumo moderado, cuanta insistencia, puede proteger de enfermedades cardiacas, osteoporosis y diabetes.

Y agrega como alerta las bebidas más calóricas y por lo tanto de las que si te tienes que proteger, como es el caso del brandy Pedro Ximenez Sherry con 320 calorías, con 400 gramos por litro de azúcar residual, una de las bebidas más dulces, empleada como vino de postre.

Otra de las estigmatizadas es el Samuel Adams Triple Bock, de 340 calorías, una de las cervezas más calóricas, oscura, dulce, con un contenido del 18 por ciento de alcohol, con notas de chocolate de malta y jarabe de arce, que se sirve a temperatura ambiente y debe beberse lentamente.

El vino caliente lleva 400 calorías, y ese proceso va suavemente con azúcar y especias adicionales como clavos, nuez moscada y canela, además de jugos de frutas, vainilla y anís estrellado. El vino caliente muchas personas no conocen que cuenta con hidratos de carbono o añadido de ginebra o Grand Marnier.

Otro pecado lo encuentra en White Russian cocktail con 500 calorías con alto contenido de crema, vodka y licor de café. La conocidísima Margarita, que aparece en muchos filmes como parte del placer de algunos millonarios en viaje por el Caribe, lleva 550 calorías, la misma cantidad encontrada en una hamburguesa Big Mac. Se trata de un cóctel clásico, incluso casero, con sabor entre mezcla de la tequila, triple seco y limón.

Otra pieza clásica de la coctelería, sobre todo entre los cubanos, es el Daiquiri, que lleva nada más y nada menos que 600 calorías, y se sirve solo o con frutas, a partir de ron blanco, jugo de limón y azúcar, muy delicioso.

Y qué decir de la Piña colada con sus 640 calorías, ron blanco y jugo de piña; pero la crema de coco es lo que hace las calorías a esta bebida, creada en los años 50 del pasado siglo por el cantinero Ramón Marrero, quien trabajaba en el Caribe Hilton Internacional Hotel de Puerto Rico.

La lista de la experta tiene aún otras sorpresas con el Long Island Iced Tea, para quienes creen que el té adelgaza, con 780 calorías, y dicen los entendidos que pese a su nombre no tiene ni rastro de té helado. Bebida que se combina con vodka, ginebra, tequila, ron y triple seco.

Y para completar las recomendaciones, porque en la red de redes existe de todo y para todos los gustos, se puede acceder a la Web drinkaware.co.uk, una calculadora online que colabora en determinar el consumo calórico de las principales bebidas o por lo menos de las favoritas.

Por ejemplo, y volviendo al tema cervecero, una pinta de Carling lleva 187 calorías y una de Guinness alcanza 210, mientras la London Pride tiene 199 y la John Smith acumula 153 calorías por litro.

Y quienes prefieran el vino tinto, pues una copa grande de 250 mililitros de un buen Merlot (tinto) contiene 170 calorías, mientras el conocidísimo tranquilo español Marques de Cáceres llega a las 265 calorías.

Sin embargo la copa grande de Chardonnay o vino blanco cuenta con 185 calorías y una excelente champaña Moët & Chandon logra las 190 calorías.

Una lata de Cola de 330 miligramos abarca 140 calorías y un vaso de zumo de naranja concentrado sobrepasa un poco más de 142 calorías, contrario a lo que muchos piensan que el jugo le hará bajar de peso, frente a un refresco gaseado.

De cualquier manera, a eso es necesario sumarle que otros entendidos piensan que el pan no engorda, sino lo que le ponemos, o las pastas, por demás digestivas, son saludables, y la lista sería interminable, quizás aportando más confusión ¿o claridad? a las recomendaciones médicas.

Por tanto, la ilustración la aporta el sentido común –quizás como dicen, el menos común de los sentidos- a partir de un equilibrio que cada cual puede determinar desde sus padecimientos u objetivos y, por supuesto, sin abandonar el disfrute que tanto ayuda a combatir el maligno stress, que se repite por muy placentero que sea un viaje.
 

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Por: Francisco Menéndez