Valladolid tierra de sabor

Creado: Dom, 22/07/2012 - 12:23
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Por: José Antonio Muñoz Coromina / Fotos: Cortesía del autor
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Valladolid tierra de sabor

Cuando viajamos por las tierras Vallisoletanas de Delibes, comprobamos que no solamente existe el vino y el lechazo (cordero lechal). En estas tierras conviven una gran diversidad de cultivos como remolacha, cereal, hortalizas, olivos, almendros y por supuesto viñedos. Por ello es fácil percibir la riqueza de una tierra castellana fértil, que poco a poco ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, aunque aún le quede camino por recorrer.

Valladolid además de tener una fama consolidada mundialmente por sus vinos, con varias denominaciones de origen, quiere empezar a ser también tierra de cervezas, espárragos y huerta, para hacer las delicias de los paladares más exigentes.

Agricultores, maestros queseros y cerveceros, luchan y trabajan día a día por conseguir la excelencia y poder hacerse un hueco en un mercado muy exclusivo: “el gourmet”.

Estas personas de las que hablo, son emprendedores con una formación universitaria en la mayoría de los casos. Jóvenes que han dejado la vida en la gran ciudad para dedicarse a su pasión. Personas que buscan el cambio en aquellos sectores que sus antecesores comenzaron. Bodegas, agricultura, cocina, repostería, etc. Una apuesta sin duda por la excelencia y por la calidad de sus productos.

Podría escribir muchas páginas pues el tema lo merece, y cada historia también merece escribirse por separado y en mayúsculas.

Comenzaré por un grupo de personas que han creado una industria artesanal de la cerveza. Maestros cerveceros dignos de la misma Baviera. Actualmente existen en la provincia de Valladolid cinco fabricas de cervezas artesanales, cada una de ellas con personalidad propia. Podemos encontrar cervezas de trigo, rubias, tostadas, de doble malta, etc. Cervezas gourmet aptas para cualquier paladar, suaves, aromáticas, y sobretodo naturales.  Dentro de las fabricas de cervezas artesanales, podemos destacar: “Casasola, Milana, Las Llaves de San Pedro, La Loca Juana y Lüge.

Este maravilloso paseo por tierras vallisoletanas, nos conduce también a descubrir sabores, texturas, y platos realmente espectaculares. Con ingredientes autóctonos y de temporada, de la mano de cinco maestros cocineros que nos han obsequiado con un recorrido sensorial por la cocina vallisoletana. Una cocina renovada a caballo entre la cocina tradicional castellana y la cocina de autor, pero siempre sin perder de vista su objetivo: el comensal debe disfrutar con sus sentidos del plato que tiene ante sí.  

La vista es una explosión de colores armonizados y texturas. Seguidamente el olor, con los aromas que se van desprendiendo y mezclándose entre sí. Para acabar con el gusto, cuando en la boca se van mezclado los ingredientes que, según su autor, han sido cuidadosamente seleccionados para proporcionar dicha reacción de satisfacción en la persona que lo degusta.

Aquí es donde comprobamos la maestría de estas personas. Todo un espectáculo gastronómico.

De la mano de Fátima Pérez de Andrés, Restaurante Fátima, Víctor Martín, Restaurante Trigo; Miguel Ángel Fargallo, La Raíz; Miguel Ángel de la Cruz, La Botica; Jesús Sanabria, Restaurante Campo Grande; y un gran repostero, Julián Arranz, El Chocolatero; pudimos degustar una selecciónde platos, entre los que podemos destacar: Guisantes con jamón y caviar de trigo, Cebolletas tiernas y zumo de piña de pino piñonero, Bacalao al ajo blanco de Portillo con pan de Valladolid y almendras,  Alcachofas con rabo de ternera y patatas, así hasta una decena de ellos.

Como postres, Julián Arranz nos presentó un postre cremoso de yogurt con frutos rojos y pirámides de tres chocolates. Platos que más que servirse se presentan como si de un desfile de moda se tratara.

Por último y como final de este paseo por el mundo gourmet vallisoletano, debemos nombrar a Rubén, un joven doctor en geografía e historia que dejando su anterior trabajo, ha querido seguir la tradición familiar ganadera, creando una línea de quesos con leche cruda de oveja.

Ovejas “felices” que viven en el campo y comen pastos en las cercanías de Rueda.Su excelente leche es la materia prima con la que Rubén y su mujer Asela (de origen francés) elaboran estos quesos dignos del más exquisito paladar. Quesos artesanales con el sello “granja Cantagrulla” que ya podemos encontrar en tiendas Gourmet como las del Mercado de San Miguel de Madrid.

En muchas ocasiones soñamos con viajar a tierras lejanas, países exóticos buscando aventuras y sensaciones nuevas que descubrir. A tan solo dos horas de Madrid, podemos encontrar un lugar donde poder realizar un crucero, visitar una bodega, un antiguo molino de harina, dormir en un convento, bañarnos en un balneario, o subir a la torre más alta de un castillo para divisar como el sol huye en retirada cada tarde mientras degustamos una copa de buen vino. Valladolid es realmente “tierra de sabor” pero también es tierra de cultura y tierra de aventuras. No debemos dejar de visitar este maravilloso lugar.
 

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Por: José Antonio Muñoz Coromina / Fotos: Cortesía del autor