Solán de Cabras un agua mineral natural con más 225 años de historia

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Redacción Excelencias Gourmet
Solan de Cabras

En el marco de la puesta en marcha del proyecto que desarrolla la marca de agua  Solán de Cabras, en colaboración con el chef dos estrellas Michelin Mario Sandoval, con el fin de profundizar acerca del valor que el uso de este tipo de aguas tiene en la alta gastronomía, Mario Patiño su brand manager,  expone detalles del proceso por el que transita el agua desde el manatial hasta su embotellamamiento, así como sobre el origen e historia de la mara y las caracteristicas fundamentales del producto.

Sobre Solán de Cabras

El agua de Solán de Cabras procede de un manantial subterráneo, que brota en la Serranía de Cuenca, municipio de Beteta. Protegida por la naturaleza, el agua reposa en un acuífero subterráneo inaccesible, para finalmente ser envasada a menos de 100 metros del manantial.

“Son aguas minerales naturales que mediante un proceso de filtrando, se introducen dentro de una protección de roca y en esa protección de roca van adquiriendo los minerales suficientes y necesarios, en dependencia de las características y de la riqueza de roca del manantial, lo que le da esa composición distinta a otras marcas del mercado” expone Manuel Patiño.  Debido a ese proceso de filtrado también van eliminando todas la impurezas y bacterias por lo que son bacteriológicamente sanas.

Además, son aguas de mineralización débil, determinada por las características geológicas del terreno y de las rocas del manantial del que proceden. Emergen a una temperatura de 21º de manera constante, agrega.

El icónico envase de color azul protege además al gua de cualquier alteración lumínica para que su sabor y propiedades permanezcan intactos e invariables.

“Un agua así solo la puede crear la naturaleza” expresa Manuel Patiño al referirse a Solán de Cabras. Y alega “pero tenemos que entenderlo muy bien tenemos la fábrica más ineficiente del mundo, tardamos 3600 años en generar el agua que estas bebiendo hoy” en relación al tiempo que pasa el agua en el proceso desde que cae en forma de lluvia hasta que encuentra la salida en el manantial.

Expone que al manantial solo llega un 30 % del agua que se precipita en forma de lluvia. El 70 % o se evapora o se queda en la superficie alimentando las  plantas o encuentra otras salidas naturales al rio. 

Ahora mismo estamos bebiendo agua de la Edad del hierro y en esa época pues podemos imaginar que no había CO2 o una contaminación como la que tenemos ahora, no había residuos en el suelo producto de las bombas atómicas y los desperdicios nucleares en otros elementos, refiere. “Lo que podía haber a lo mejor era alguna impureza de algún residuo animal, pero las bacterias mueren a los 50 años y a partir de ahí en ese filtrado que hay en la roca el agua es absolutamente pura y ha tenido 3600 años para ir pasadno por la roca”.

Con el objetivo de explicar de manera sencilla el proceso de filtrado en la roca convida a que la imaginemos como si fuese una esponja. “La roca se va impregnando, se va humedeciendo y va a poder encontrar la forma de moverse el agua a través de la roca pero sin salir y  sin gotear” Agrega que “va llegar el momento que el agua va ir cayendo a ir filtrando poco a poco y en ese  filtrado pequeño es donde va adquiriendo cada uno de los minerales”  Alega que en Solán de Cabras tienen 7 capas distintas de minerales  que son los que le otorgan la composición especial a sus aguas. 

Refiere que la fábrica tiene una característica diferenciadora al resto de las embotelladoras y es que cuando llegas a ella lo que te encuentras es un muro de 400 metros de alto de roca y dentro de esa montaña o de esa roca es donde esta nuestro manantial.

En relación a la extracción del agua enfatiza que no necesitan del uso de bombas para extraer el agua mediante la fuerza sino que su forma de sacarla es por ley de gravedad porque la propia agua hace la presión y encuentra la salida de forma natural, en este caso con un caudal constante de 5410 litros a minuto.

“Nuestra forma de sacar el agua es totalmente respetuosa con la naturaleza es decir no cerramos un grifo y decir pues venga esos 5410 litros al minuto como no lo voy a utilizar ahora pues que no salgan puesto que someteríamos a tal estrés la montaña que la reventaríamos y estallaría el agua por otros sitio. El agua siempre va a encontrar la salida de forma natural y si no es por el sitio natural que está ahora mismo será por otro lado pero acabará saliendo.”

Expone que de esos 5410 litros al minuto son capaces de embotellar como un 10% aproximadamente 500-600 litro al minuto como media y los otros 5 mil litros al minuto pues van al río. “Nosotros no interferimos en el proceso natural o en el recorrido natural del agua, tal como cae llega a nuestro manantial y en nuestro manantial lo que podemos utilizar nosotros va a la botella pero lo que no podemos utilizar va a la naturaleza, seguimos respetando a la naturaleza todo lo que podemos” 

Solán de Cabras, origen e historia

Solán de Cabras es una marca con de más de 225 años de historia aunque la leyenda viene de mucho antes pues existen testimonios que datan del siglo XVI e incluso del XVII. Uno de los primeros vestigios aparece en 1521 y refiere el descubrimiento de una solana por parte de un pastor, locación ideal para que sus cabras pastaran, en especial por la proximidad al río. Según el acervo popular las cabras que se encontraban enfermas comenzaron a sanar al beber y bañarse en las aguas que brotaban del manantial, por lo que la solana adquiere popularidad.  Este es el origen principal del nombre de marca Solán de Cabras.

En 1746, D. Pedro Gómez de Bedoya (1699-1776), aporta datos que indican que este lugar se había convertido en centro de peregrinación para la sanación de multitud de enfermedades. Entre los enfermos de aquel entonces, se encontraba el que más tarde sería ministro de la Real Hacienda, Pedro López de Lerena y de Cuenca (1734-1792), conde de Lerena, quien había tenido oportunidad de evaluar la calidad y eficacia de estas aguas. López de Lerena contribuyó a que, en 1755, el Rey Carlos III ordenara construir los baños y la casa hospedería que, todavía hoy, son parte de las instalaciones del Balneario.  El rey frecuentemente se traslada con toda su corte hasta Beteta, lugar donde está enclavada la fábrica en la actualidad, para beber sus aguas o disfrutar de su balneario. Tal era la fama curativa de Solán de Cabras que justificaba el esfuerzo y el extenso viaje desde la corte hasta su ubicación, aproximadamente 15 o 18 días de trayecto en carruaje. Solán de Cabras obtiene el reconocimiento oficial de agua mineromedicinal. 

En 1787 aparece el primer escrito que alude a las propiedades curativas o los beneficios para la salud de un agua mineral en España. Es precisamente el  médico y filósofo Juan Pablo Forner quien realizó el primer análisis de las aguas. Su composición, apenas ha variado hasta hoy.

No obstante, es en 1790 cuando realmente empieza a tener un reconocimiento mayor las aguas de Solán de Cabras al ser declaradas  de utilidad pública por el Rey Carlos IV en Real Decreto, mediante el cual todo el mundo tenía derecho a beber el preciado líquido. Esta condición se mantiene hasta hoy pues en cualquier época del año se puede tomar de sus aguas en la Fuente de los tres caños que está abierta siempre.

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Fuente de los 3 caños en el balnerio de Solán de Cabras.
 

En ese mismo año el Rey otorga al balneario la denominación de Sitio Real o Real Sitio el cual se daba los enclaves del Patrimonio histórico-artístico que la Monarquía empleaba como lugar de reposo, de recreo o residencia de invierno o verano.

Durante muchos años la vinculación a la casa real y los diferentes monarcas se mantuvo. Un ejemplo de ellos fue el viaje al manantial de Solán de Cabras de Fernando VII y su esposa María Josefa de Sajonia, en 1826, para tratar de buscar una cura para la infertilidad de la reina y poder engendrar un hijo varón que asegurase la continuidad de la monarquía.

A principios del siglo XX en 1903, la venta en Madrid se realizó en un depósito central. Aún sin embolletadoras, estas garrafas de cristal llamadas "damajuanas" se llenaban a mano y una vez acabada, los vendedores volvían a por más en carros o mulas para cargarla. En esta época también comenzó la venta en farmacias por el reconocimiento de los poderes medicinales y curativos de las aguas, convirtiéndose en el primer mercado donde se empieza a vender.

A partir de 1960 empieza la fábrica y obviamente con ella inicia ya todo lo que es el negocio de Solán de Cabras como marca comercial.  En ese año llegan la botellas de 1 litro llamadas Borines.  La fidelidad del consumidor hizo que fueran pioneros en servicio de venta de agua a domicilio.

Solán de Cabras, en 1980, vive una superexpansión gracias, principalmente, a la aparición del tetrabrik y a la consiguiente entrada en los supermercados. Además, de la mano de Solán de Cabras nace Bisolán.

En 2011 Solán de Cabras es adquirida por Mahou San Miguel , convirtiendose en una de las marcas que integran la empresa familiar, 100% española que cuenta con más de 2.800 profesionales.

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