Casa Jaime rinde homenaje a García Berlanga con un arroz de espardenyes

Foto: Jaime Sanz (padre); y Jaime y Jordi (hijos), en su restaurante Casa Jaime, de Peñiscola.

 

 

Los primeros contactos con los fogones de Jaime Sanz (padre) fueron cuando tenía 14 años de edad e iba subido a una barca que partía de Castellón, con unos 17 pescadores a bordo, en la que éste hacía de ayudante de cocinero para el grupo de pescadores que se hacían a la mar. Jaime era el más joven de la embarcación. A los tres meses, el chef se jubiló de las labores de la cocina, y Jaime pidió la alternativa al patrón, a la que accedió, con una sonrisa en los labios.

 

Con el paso del tiempo, Jaime y su familia abrieron un bar de tapas en el Castillo de Peñiscola, siendo el debut de la familia Sanz en los fogones de las comarcas de Castellón. Aquí elaboraba una amplia gama de tapas; sobre unas 30 o 40 diferentes, muy creativas, que llegaban a concentrar a muchísima gente de la villa castellonense y de otros puntos adyacentes con esta. Incluso, la gente, hacía cola en la calle esperando su turno.

 

La filosofía de los Sanz (Jaime, padre; Jaime y Jordi, hijos) desde siempre ha sido la empatía por los productos autóctonos de Peñiscola: los langostinos, la sepia, el calamar...Y otros frutos del mar Mediterráneo. Siempre imprimiendo a estos el cariño y la sabiduría elaboradora que han compilado a lo largo de varias décadas.

 

 

No obstante, a esta manera de entender la restauración de la familia, hay que añadir dos adjetivos muy importantes, claves de su gastronomía; innovar y crear, sin olvidar que los sabores que desprenden sus platos tienen un acento muy especial, que no es otro que el marinero, que se erige en la base fundamental de su restauración.

 

 

La carta de especialidades del Restaurante Casa Jaime, pasan por un conjunto de obras de arte culinario del mar, donde destacan, entre otras muchas, un canelón de galera con trufa del Maestrazgo, un guiso de raya  con langostinos  y patatas, un suquet de pescadores de bajura, el plato  homenaje al abuelo de la casa, una cazuela 'Camilo' ('Camilo' es el apodo que reciben los Sanz en la población), elaborada con rape, cigala, gamba, vieira y salsa romesco.

 

Otra debilidad (entrante) de la casa que se sustenta en la historia local de Peñiscola, es el capricho del Papa Luna, preparado en la cáscara de un erizo (en la zona la denominan capellanet, sinónimo de cura) con alcachofa salteada con langostinos y las yemas de erizo coronando el plato. Sin gratinar y sin crema de ningún tipo. También, preparan otros bocados que tiene una gran aceptación, como son las croquetas de langostinos con trufa.

 

Los arroces merecen un capítulo a parte. El arroz Calabuch, elaborado con espardenyes y ortiguillas de mar, homenaje al insigne Luis García Berlanga, cliente de la casa, es uno de ellos, a lo que hay que sumar el arroz negro Portal Fosh, el arroz de la huerta de Peñiscola, el arroz con bogavante, el arroz columbretes, el arroz Jordi y el arroz de la abuela, constituyen un florete de gramíneas de autor.

 

 

Las plataformas nacionales e internacionales como la Tripadvisor, destacan la tradición, creatividad y trayectoria del Restaurante Casa Jaime, con elogios como 'comida muy buena', 'para volver', perfecto arroz, y 'lo mejor de Peñiscola. La guía REPSOL, por su parte, le tiene clasificado con un valioso 'Sol'.