Libros para comérselos

Creado: Mar, 13/08/2019 - 09:00
Autor:
Credito
Antonio Henríquez
Categoría
libros-gastronomia

Un libro de cocina es una colección de elaboraciones de platos recolectadas por un chef o gastrónomo famoso, donde se exponen modos de preparación, artificios culinarios, y experimentaciones personales para darle nuevas formas, aromas y sabores a los alimentos que apeteceríamos degustar.

Estas recetas, a manera de memorias gustativas, pueden transmitirse de generación en generación a lo largo de la historia de los pueblos, mediante la transferencia oral o escrita.

El conocimiento acopiado en los manuales de cocina o apuntes culinarios forma parte importante de la cultura de cada país, y su empleo en estudios sociológicos, antropológicos o históricos permite acercarnos a las costumbres alimentarias, los gustos e influencias de sus comunidades en un período determinado. Sobre este concepto, la investigadora española Beatriz Calvo Peña ha escrito:

"El aroma, el sabor, los colores y la presentación de un plato, crean una imagen en el consumidor. A raíz de la repetición de esta en diferentes consumidores, se producen una serie de imágenes comunes que pueden extenderse entre la población, de modo que un plato típico de una región no es tal, solo por su consumo como alimento sino también por las sensaciones que nos provocan. Por tanto, se puede considerar que la cocina tiene una gran capacidad de crear comunidad y por tanto nación".

Uno de los libros o recetario de cocina más antiguos, en lengua europea distinta del latín, es el Libre de Sent Soví, de autor anónimo, escrito en catalán y fechado a principios del siglo XIV. También existe otro volumen sobre la gastronomía medieval, nombrado Le Viandier, escrito por el famoso cocinero de los reyes Carlos V y VI, Guillaume Tirel, alias Taillevent.

A finales del XIX, la autora británica Isabella Beeton da a conocer su Book of Household Management, considerado uno de los primeros recetarios modernos. Asimismo, este tipo de textos comenzó a aparecer en América Latina y el Caribe luego de la segunda mitad de ese siglo, después de que los países de la región alcanzaron su independencia.

En el caso de Cuba, el primer libro de cocina del cual se tiene conocimiento vio la luz en 1856, bajo el extenso título Manual del cocinero cubano: repertorio completo y escogido de los mejores tratados modernos del arte de cocinas española, americana, francesa, inglesa, italiana y turca, arregladas al uso, costumbre y temperamento de la Isla de Cuba. Dicha compilación, realizada por Eugenio de Coloma y Garcés, incluyó recetas de platos originarios de Cuba y de otras naciones; además de algunas prácticamente imposibles de elaborar, como el "Embuchado raro cubano", que propone la inserción de diversas aves de distintos tamaños unas dentro de otras, de menor a mayor, desde un tomeguín a un guanajo, con el fin de ser cocinadas en conjunto.

A partir de entonces aparecen, en 1858, el Nuevo manual de la cocinera catalana y cubana, de la autoría de Juan Cabrisas, cocinero catalán afincado en Cuba, y en 1862, un libro con el curioso título "El cocinero de los enfermos convalecientes y desganados", de autor anónimo. Ya a comienzos del siglo XX, en 1914, se publica el Nuevo manual del cocinero criollo, escrito por José E. Triay, periodista del Diario de la Marina.

Las publicaciones, anteriormente relacionadas, constituyen los primeros intentos conocidos en Cuba de abordar, desde diferentes enfoques, los platos de la cocina criolla. Cada una de ellas evidencia que los libros de cocina poseen la magia de retar nuestras habilidades, para aportarle novedad a las exquisiteces que son de nuestro deleite, y descubrir, también, otras que son capaces de seducirnos hasta el delirio.

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