Productos lácteos para enriquecer las salsas

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Ivette Sedeño
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Los productos lácteos desempeñan un papel importante en la elaboración de las salsas. Ingredientes como mantequilla, nata, queso o yogurt pueden ser nuestros mejores aliados para dar ese toque final que tanto se agradece en la mesa, no solo en cuanto a sabor sino también en la textura, consistencia, apariencia y suavidad. Veamos algunos ejemplos:

Productos lácteos para enriquecer las salsas

Mantequilla

Es el producto lácteo por excelencia. Es natural y resulta prácticamente indispensable en la cocina. Su sabor suave y características varían según su procedencia y origen. Debe emplearse con moderación y sin sal para cocinar.

La adición de mantequilla a una salsa logra que esta mejore bajo cinco aspectos importantes: la hace más ligera, lisa, brillante, espesa y suave. Una vez preparadas, estas delicadas salsas no deben hervir en ningún momento y deben servirse lo antes posible.

Para preparar una salsa con este ingrediente, la mantequilla deberá estar muy fría, casi congelada. Retire la salsa hirviendo del fuego e incorpore la mantequilla en pedacitos (5-10g), uno por uno. Utilice un batidor de varillas o sujete el mango de la cazuela o cazo firmemente y sacúdalo con fuerza de un lado a otro, hasta que la mantequilla quede completamente incorporada.

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Nata

Se utiliza con frecuencia como ligazón. Proporciona a las salsas una textura cremosa y aterciopelada. Hay diferentes tipos, la más espesa es la más apropiada para preparar salsas, ya que admite la cocción sin cortarse. También puede utilizarse la normal, vigilando la cocción para que no se corte.

Las salsas espesadas con nata se utilizan con frecuencia para platos de pescado, ave, veloutés y algunas sopas. Proporcionan un aspecto aterciopelado y liso espectacular.

Nata líquida

No puede calentarse a más de 80 °C. A partir de esta temperatura se corta. Para utilizarla en una salsa caliente, añádala a la salsa fuera del fuego, sin ponerla nuevamente a cocinar. Esta  nata, un poco ácida, es ligera y refrescante, y resulta deliciosa si se añade a la mayoría de las salsas frías.

Queso blanco

Es el ideal  para  las salsas bajas en calorías: incluso se puede comprar desnatado. Es perfecto para salsas de verano, aunque su sabor, un tanto insípido, requiere la adición de especias, hierbas, y otros ingredientes.

Yogurt

Debe utilizar cantidades mínimas de yogurt para dar el toque final a salsas de pescado y proporcionar un sabor de acidez. Si quiere puede emplearlo con  mayor frecuencia en algunas   vinagretas de verano bajas en calorías y en algunos coulis de fruta, lo que proporciona un toque de acidez y de frescor.

Quesos duros

Los mejores son el Parmesano, el Gruyére, el Emmenthal y el Cheddar. Deben ser media curación, que tienen un sabor completo y extraordinario. Estos quesos se utilizan habitualmente recién rallados para dar el toque final a una salsa. Tardan unos minutos en desprender su sabor una vez que se han añadido, de manera que empléelos con moderación, y vaya probando antes de añadir más.

Roquefort

El noble Lord Roquefort adquiere carácter de estrella en un aliño para ensalada, una salsa fría para crudités o algunas salsas calientes. Si se utiliza con moderación, crea una explosión de sabores diferentes.

Todo lo que usted necesita para hacer salsas perfectas

  • Cazuela con paredes inclinadas, cazo, olla para sopa.
  • Cazo con paredes rectas, baño María.
  • Cuchara grande, cucharón, espumadera, cuchara con agujeros, colador fino.
  • Pesas, medidor, termómetro para enfriar.
  • Mortero y mano.
  • Colador, chinos de tela metálica y rígida.
  • Vaso de batidora, batidora de mano o batidor de varillas.
  • Rallador, mandolina.
  • Cuencos variados.
  • También son muy útiles las espátulas de madera y de goma.
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Ivette Sedeño