Sobre la mesa arroz y frijoles

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Gabriela Sánchez
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arroz y frijoles

En ninguna casa iberoamericana podrá faltar al menos una vez por semana arroz y frijoles. No exagero en absoluto. Esta mezcla de granos entraña una conexión directa con la cultura y la tradición. Desde el Caribe hasta Sudamérica, se ha convertido en uno de los platos más emblemáticos de la región, pero no por ello se trata de una receta uniforme. 

Cada país ha sabido aportarle su propio matiz a la historia común traída desde África y Europa. La preparación va desde preparaciones sencillas de frijoles cocidos hasta otras más complejas sazonadas con especias autóctonas. Aquí te contamos al menos un par de su sinfín de variantes.

  1. Cuba y sus moros y cristianos

Si hay algo típico de la gastronomía cubana es su arroz de moros y cristianos de Cuba. La receta deviene de la fusión del arroz blanco y los frijoles negros cocidos con ajo y laurel. Ella, como indica su nombre, es resultado también de otra mezcla: las culturas europea y africana, y sobre todo española por su influencia árabe. Una receta parecida tiene República Dominicana, aunque en este caso su título se limita a arroz moro. Es importante no confundir esta elaboración con el congrí, otro clásico cubano también a base de arroz y frijoles también cocinados juntos, pero que se vale de los llamados colorados o alubias rojas.

  1. México: el templo de los frijoles refritos 

En México los frijoles se sirven frecuentemente refritos. La idea es cocerlos hasta formar una pasta suave que complementa casi cualquier comida. De ahí que a menudo se usen como relleno de nachos, tacos, etc. Pero, también es común combinarlos con arroz blanco, aunque como cocciones separadas. Es el caso del plato Morisqueta, donde se acompaña con una salsa hecha con jitomate, ajo y chile verde.

  1. Centroamérica unida por el gallo pinto 

Tanto en Costa Rica como Nicaragua, e incluso otras naciones de Centroamérica el desayuno más tradicional lleva la mezcla de arroz y frijoles. Su nombre es Gallo pinto y se trata de una elaboración a base de arroz, frijoles rojos o negros, con un toque de cebolla, pimientos y hierbas. Hay 3 versiones de hacerlo que varían tanto en ingredientes como técnicas. 

Primero, la del Valle Central, condimentado con chile, cilantro y cebollas y a menudo complementado con salchicha, queso y, huevo, la de Guanacaste, la cual no lleva cilantro pero utiliza más manteca, dientes de ajo y cebolla, la de la costa caribeña con su toque de chile habanero y leche de coco. Mientras, en Nicaragua suele hacerse condimentado con cebollas sofritas en aceite vegetal y alubias rojas. 

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  1. Perú y su tacu tacu

De ruta por Perú encontramos al emblemático Tacu Tacu. La receta es un buen ejemplo de la cocina de aprovechamiento, puesto que se hace a partir de la mezcla de las sobras de arroz y frijoles, que pueden ser negros, colorados o lentejas con ají amarillo. La elaboración busca una masa homogénea que se fríe y usualmente se sirve con un huevo frito y una porción de carne. 

  1. La feijoada de la verdeamarela 

El gigante sudamericano Brasil regala a la gastronomía la feijoada, un plato que se remonta a la cocina de los esclavos. Aunque su rasgo más típico es el guiso de frijoles negros con carne de res y cerdo, se suele acompañar con arroz blanco y naranjas e incluso algunos le espolvorean harina de mandioca (yuca). A partir de ahí la creatividad y el gusto personal ponen o quitan ingredientes.  La elaboración es un clásico de almuerzos y cenas de miércoles y sábados, y por supuesto de celebraciones.

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Gabriela Sánchez