El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España ha puesto en marcha un proyecto para elaborar una Estrategia Nacional de Alimentación (ENA), que permitirá la formulación de políticas públicas en el ámbito alimentario.
Para la definición de esta hoja de ruta, el ministerio ha pedido la colaboración de las comunidades autónomas, de las organizaciones sectoriales y de todos los agentes que intervienen en la cadena alimentaria. El trabajo se desarrollará en los próximos meses y los resultados se prevén para 2025.
Objetivos de la ENA
En la presentación del proyecto, que tuvo lugar el pasado mes con la participación del ministro Luis Planas, se planteaban cinco objetivos principales: garantizar el abastecimiento de alimentos; promover la sostenibilidad del sistema alimentario; mejorar la rentabilidad y resiliencia del medio rural y marino; fomentar hábitos alimentarios saludables; e impulsar la innovación y la tecnología.
En torno a esos objetivos generales, el ministro explicó que se han establecido seis pilares o ejes estratégicos para desarrollar el plan de actuación.
Luis Planas durante su intervención en el Palacio de Fomento. (Foto: MAPA)
Pilares básicos
Dentro de los seis pilares, se han definido, asimismo, una serie de objetivos más específicos, de los cuales me gustaría destacar algunos.
En el ámbito de la seguridad alimentaria, me parece fundamental mejorar la eficiencia en la cadena de suministro, así como garantizar el acceso de toda la población a una alimentación segura y suficiente.
En el área de sostenibilidad, entre los objetivos se encuentran desarrollar políticas de reducción de las pérdidas y el desperdicio alimentario, y fomentar la economía circular.
Para revitalizar las áreas rurales se propone, entre otros, mejorar la rentabilidad y resiliencia de las comunidades rurales y marinas, y reforzar el papel de las mujeres en la cadena de valor de los alimentos y en el medio rural.
En el apartado de nutrición y salud, es fundamental educar a la población en hábitos alimentarios saludables, fomentando la Dieta Mediterránea desde edades tempranas.
En cuando a la innovación y tecnología, es el momento de impulsar la transformación digital en el sector agroalimentario, así como desarrollar nuevas formas de producción de alimentos.
Y por último, en lo que se refiere al consumidor, hay que identificar patrones y tendencias de alimentación y consumo y, muy importante, diseñar estrategias de comunicación e información en materia de alimentación y nutrición.
La Estrategia está encaminada a impulsar una producción agroalimentaria más sostenible. (Foto: Freepik)
Calendario de trabajo
El proyecto, que ya se ha iniciado con los trabajos preparatorios realizados a lo largo del primer semestre, continuará durante el segundo semestre del año. En esta segunda fase, se buscará la participación pública a través de la organización de foros participativos y de diferentes iniciativas para la consulta pública.
Durante la presentación en el Palacio de Fomento, sede del Ministerio, se invitó a una amplia participación de la ciudadanía y de todos los eslabones de la cadena alimentaria. Para ello, se ha habilitado un buzón electrónico para que cualquiera pueda trasladar sus propuestas y sugerencias (bzn-ena@mapa.es).
Finalmente, se realizará un ejercicio de análisis, redacción y validación de la Estrategia. Los resultados se presentarán en 2025 al Consejo de Ministros, al sector alimentario y a la sociedad civil.
Rafael Ansón y José Carlos de Santiago con José Miguel Herrero, recibiendo el Premio Especial Excelencias 2022 al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. (Foto: Rafael Ansón)
Ejemplo para otros países
Desde la Academia Iberoamericana de Gastronomía y desde la Comunidad Europea de la Nueva Gastronomía, y como presidente de honor de la Real Academia de Gastronomía de España y de la Academia Internacional, quiero felicitar al Ministerio, al ministro Luis Planas y al director general de Alimentación, José Miguel Herrero.
En términos generales, esta estrategia sentará las bases para impulsar la sostenibilidad del sistema alimentario, mejorar las condiciones del sector y promover la seguridad y el bienestar de la población general. Algo fundamental, teniendo en cuenta los nuevos retos climáticos y geopolíticos que se presentan, y que España se ha convertido en una potencia mundial en lo que se refiere a la industria agroalimentaria y el comercio internacional.
Creo que es una iniciativa de valor y un ejemplo que podría trasladarse a otros países de Iberoamérica y del mundo, por supuesto, adaptándola a las circunstancias de cada gobierno y población.
