El 12 de abril se celebra el Día Mundial del Sándwich Mixto, esta fecha homenajea a uno de los bocados más famosos y considerados del mundo. Pan, jamón y queso son tres ingredientes que, combinados de la manera más sencilla, dan lugar a un manjar que puede sacarnos de más de un apuro en una sociedad donde cada vez aprietan más las prisas y la falta de imaginación en la cocina.
El sándwich es un plato que todo el mundo se ha llevado más de una vez a la boca pero, ¿cual es su origen y como llegó a convertirse en un plato tan imprescindible e icónico? Aunque existen diversas teorías sobre su procedencia, su nacimiento se remonta hasta el siglo XVIII y se asocia al aristócrata inglés John Montgu, conde de Sandwich. El conde era un fanático acérrimo de los juegos de cartas y, según cuenta la leyenda pedía a sus criados trozos de jamón servidos entre dos rebanadas de pan para poder seguir jugando sin mancharse los dedos. Con el paso de los años esta práctica se popularizó en muchos rincones del mundo y se empezaron a crear distintas variedades de sándwiches.
En Estados Unidos también se apuntan la creación del “grilled cheese sandwich” donde en 1984, en los estadios de beisbol de Nueva York, eran el único tipo de comida a la venta, incluso se llegaron a comercializar antes que los famosos perritos calientes. Este plato estaba compuesto por dos rebanadas de pan blanco tostado relleno de queso y cocinado a la plancha. A los pocos años se le añadió jamón cocido para crear el que hoy en día todos conocemos como el clásico sándwich mixto.
Hay historiadores que defienden que el “mixto” se trata de una versión del sándwich cubano. Este plato se elabora con queso, carne de cerdo y jamón, pepinillos, mostaza y como no, dos rebanadas de pan. El nombre de mixto parece proceder de Cuba y fue acuñado por los estadounidenses que durante la primera mitad del siglo XX visitaban la isla. Más tarde, este nombre cruzó el charco y se empezó a popularizar en España y, aunque en el país solo existe una versión de esta comida, hay dos maneras de llamarlo. En Cataluña al sándwich mixto se le conoce popularmente como “bikini”, apodo que no guarda ningún tipo de relación con la prenda femenina de baño, como pudiera parecer en primera instancia. Este mote nace en la sala de baile barcelonesa, Bikini. Este local era famoso por contar con dos especialidades, un minigolf y un sándwich especialidad de la casa. Esta sala de baile se hizo tan popular en la ciudad condal que los ciudadanos no tardaron en comenzar a pedir en diferentes locales y restaurantes “un bikini” para referirse al sándwich de jamón y queso. A día de hoy, este nombre se ha extendido en toda la zona de la costa brava.
Misma esencia, diferentes elaboraciones
Cómo es lógico, cada país ha ido adaptando el clásico sándwich mixto a los gustos, preferencias e ingredientes locales. En Francia este plato dio lugar al croque-monsieur, preparado a base de pan de molde tostado, jamón cocido, queso gruyere y bechamel que se hornea hasta derretir el queso. En México también tienen su propia versión, la torta de jamón mexicana. Compuesta por pan blanco, jamón, queso, lechuga, tomate y mayonesa. El tramezzini veneciano, en Italia, se hace con el pan que da nombre al plato, un pan esponjoso, tupido y sin corteza que puede rellenarse prácticamente de cualquier cosa. En Japón es popular el sandoitchi, hecho a base de pan de molde sin corteza (un pan especial de Japón conocido como shokupan ), el cual se caracteriza por su sabor dulce y su extraordinaria consistencia suave además de jamón queso y lechuga. Entre este inmenso número de variedades, destacan los sándwiches de miga típicos de Argentina y Uruguay cuyo origen parece fundamentarse en el anteriormente mencionado tramazzeni. Su principal característica es el pan de miga preparado a partir de una masa fermentada que se corta en finas rebanadas tras haberla dejado reposar durante varias horas.
