Bodegas Torres: cuando se apagan las luces, se encienden los sentidos

Creado: Mié, 02/12/2015 - 12:58
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Por: Patricia Cáceres
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Bodegas Torres: cuando se apagan las luces, se encienden los sentidos
El motivo fue compartir con colegas y amigos de una velada que, por sus anfitriones, prometía ser estupenda. Pero la realidad superó cualquier expectativa. Los invitados sin sospecharlo seríamos protagonistas de una cena sensorial, una degustación a ciegas organizada por Bodegas Torres en la que periodistas, chefs, sommeliers… podíamos hacer uso de cualquier sentido para comer, menos la vista. Porque cuando se apagan las luces, se encienden los sentidos.
“Con la vista se adquiere más del 50% de la información de lo que comemos. El objetivo es ampliar el otro 15% que utilizamos del sentido del gusto, auxiliándonos además de la memoria olfativa”, nos explicó antes de comenzar Emma Llorens, Embajadora de la marca  de Miguel Torres España. 
El lugar elegido para la ocasión fue El Tocororo. Al entrar al pequeño salón aguardaban los elegantes antifaces. Tomamos asiento, palpamos los cubiertos, las copas vacías… tratando de dibujar en nuestras mentes el mapa de la mesa.  ¿El reto? Atrevernos a descifrar qué uvas probaríamos, si eran vinos blancos, tintos o rosados, del Viejo o el Nuevo Mundo, y cuáles eran los maridajes más exitosos según los ingredientes de la comida.
Un poco tímidos  al principio, con la voz de Emma exhortándonos a develar el misterio,  degustamos a ciegas marcas de Bodegas Torres como Santa Digna, Sauvignon Blanc 2014; un Viña Esmeralda, 2013; Santa Digna, Chardonnay 2014; el tinto Reserva de Pueblo Original 2013; Gran Sangre de Toro 2010 Reserva; y un Malamado 2012, de la uva Malbec. 
Para combinarlos, nada mejor que las creaciones del chef del Tocororo, William Valiente: espárrago empanado con jamón y salsa tártara; tartaleta de queso azul, crema de leche y jamón junto a un camarón con jamón serrano y salsa agridulce; crema de calabaza, queso y pan; rollo de hojaldre con carne de res y pollo, tamal, albahaca y cilantro; y como postre un manjar cubano con piña, leche y frutos secos. 
Algunos nos auxiliamos como pudimos de los cubiertos, otros prefirieron la comodidad de sus propias manos… Todo se valía menos no intentarlo.   
“En una cena a ciegas como esta no se trata de acertar o adivinar, sino solamente decirnos lo que están experimentando”, expresó Carlos Acosta, representante de Bodegas Torres en Cuba. Recordó además que la primera experiencia de ese tipo fue en el año 2007, con el apoyo de Excelencias Gourmet, y que actividades similares seguirían repitiéndose para el enriquecimiento de la cultura del vino y la gastronomía.
Tras probar el menú de varios tiempos se hizo la luz. Nos quitamos los antifaces del rostro y descubrimos lo que habíamos probado. Comprobamos los aciertos, los fallos… pero sobre todo la riqueza de sensaciones que se experimentan al comer, más allá de la vista. 
La jornada culminó con la promesa de repetir en el mes de mayo, en el restaurante Waoo!!! Así que a afinar nuestros cuatro sentidos y a preparar los antifaces. 

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