Cuba ya tiene a su Chef del Año

Creado: Mar, 08/12/2015 - 19:11
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Por: Charly Morales Valido
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Cuba ya tiene a su Chef del Año
Cuando el jurado de la Asociación de Federaciones Culinarias de la República de Cuba eligió a los tres mejores chefs nacionales del 2015, fue inevitable recordar la vieja profecía bíblica de que los últimos serían los primeros: curiosamente, el trío que cerró el primer concurso Sabor Profesional acabó ganándolo…
Yuri Abel Pérez, Arnay Delgado y Roberto Mengana hicieron el un-dos-tres de este sui generis certamen, primero que organiza la Culinaria para elegir al Chef del Año. El aula-cocina de la escuela de hotelería y turismo del Hotel Sevilla acogió la prueba que puso fin a una búsqueda de varios meses entre verdaderos maestros del fogón. 
A estas alturas no podía hablarse de “estado de gracia” o “día bueno”: los seis finalistas venían de imponerse en las sucesivas eliminatorias, y echaron mano a su bagaje para crear delicias a partir de un cárnico y dos complementarios. Así surgieron pimientos a guisa de cacerolas o anillos de langosta entonados con ron, insertados en un mosaico gastronómico con predominio del ocre tostón, el verde habichuela y el naranja zanahoria.
Según el chef Jorge Luis Silva, se puso a prueba la capacidad de crear un plato a partir de ingredientes puntuales, y que fuera capaz de transmitir la pasión del cocinar. Tampoco bastaba que la elaboración supiera bien: los jueces evaluaron el porte y aspecto del chef, su versatilidad y destreza, originalidad al emplatar, confianza en su trabajo y seguridad al defenderlo. Casi nada… 
Prueba tensa y cordial
La competencia fue tensa y cordial. Tensa porque todos querían ganar, cordial porque, al fin y al cabo, son colegas que comparten un amor. En esta reunión de gorros y filipinas, los que no estaban cocinando comentaban la prueba, se tomaban selfies, compartían recetas, un buen café y trucos para apagar una sartén incendiada o hacer una salsa de tamarindo.
En los fogones la historia era distinta. Corría el sudor. La presión, la premura, o quizás la terrible humedad ambienta en un local sin climatización, apenas un balcón abierto a la sinfonía habanera de carros y buscavidas, enriquecida por un ballet que llegaba, relajante, desde la cercana academia. “Por suerte no es reguetón”, bromea un contendiente.
Pese a la inagotable bibliografía culinaria, está demostrado que en el arte de cocinar no todo está escrito, y cada maestro tiene su librito. En el Sevilla convergieron seis estilos de asumir la cocina. Unos se encorvaban sobre el plato, trabajándolo como miniaturistas, a otros la cocina les queda chiquita, de un lado a otro. Pero todos demuestran conocimiento de la tradición, pero también imaginación, intuición, conocimiento cabal de cada producto y su potencial. 
Campeón a prueba de imprevistos
La escena se antojaba un episodio cualquiera de MasterChef, pero ojo: aquí no hubo puesta en escena, ni cortes a comerciales, ni instrumentos futuristas. Aquí se cocinó a lo cubano, buscando que cada bocado propicie una experiencia sensorial plena, con equilibrio en colores, sabores, texturas. Por eso el campeón tenía que ser excepcional. Y lo fue…
Venido de Camagüey, Yuri Abel fue el vencedor inobjetable porque su Sorpresa de Pollo y Bacon se veía bien, sabía mejor, y además le exigió reponerse de un imprevisto: el conejo que pretendía cocinar con naranja y tomate fresco estaba tan escuálido, que tuvo que reemplazarlo por el emergente nacional, el pollo. Su plato convenció y conquistó a jueces de sibarita rigor, que lo encumbraron como Chef del 2015 en Cuba. 

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Por: Charly Morales Valido