Montserrat Amat, Vicedirectora Internacional y responsable de toda la zona de Centro y Suramérica de Freixenet, en entrevista exclusiva para Excelencias Gourmet, nos acerca al mundo de los negocios del vino con la gracia y claridad de palabras que la distinguen. Su experiencia personal frente a uno de los grupos vitivinícolas insignias a escala mundial es crucial para entender el porqué de tanta excelencia.
-Además de la compra de nuevas Denominaciones de Origen, ¿cuáles perfiles son objetivo inmediato o a largo plazo de Freixenet en España?
-En España estamos produciendo varias Denominaciones de Origen, ahora el tema está en la consolidación de los distintos productos, porque claro, una cosa es la marca Freixenet o las cavas más conocidas, pero hay muchos productos de Ribera del Duero, Rioja, de Alvariño, Rías Baixas o de distintas zonas de España que hay que ir consolidando.
“Y luego también intentar consolidar y vender más productos del grupo Freixenet que se producen fuera de España e intentar que estos productos se vendan también”.
-¿Cuántas bodegas tiene el grupo Freixenet actualmente y cuál es su distribución por zonas?
-Ahora tenemos 22 bodegas, una en California, otra en México, otra en Argentina, en Australia; en Europa tenemos dos bodegas en Francia, una en Burdeos y otra en Champaña; y bueno el resto son de España. En España tenemos muchas Denominaciones de Origen. Estamos en Cava, Penedés, Cataluña, Priorat (Viticultors del Priorat / Morlanda), Montsant (Fra Guerau), Rioja (Solar Viejo), Ribera del Duero, Rías Baixas (Vionta).
“Y luego tenemos acuerdos con distintas bodegas que nos producen, por ejemplo en Rueda, Madrid, Alicante... Toda una serie de puntos de España donde tenemos acuerdos para producir productos nuestros, bajo la supervisión de nuestros enólogos”.
-¿Cuáles son sus productos insignes?
-El Carta Nevada y el Cordón Negro son los más conocidos a escala mundial, aunque hemos desarrollado productos de mucha demanda, como los Cuvées de Prestige, que son de alta gama, de poca producción, porque son muy exclusivos, entre los que están el Casa Sala, Cuvee DS, Trepat, Reserva Real…
-¿Qué estrategia acomete Freixenet para mantener en constante evolución su estructura comercial?
-Lo que se intenta es tener el mejor socio en cada país. Por ejemplo, en Estados Unidos, todo el mundo iba buscando un único importador para todo el país. Nosotros consideramos que esto era un error, que lo que había que hacer era buscar distribuidores locales en cada estado, que a lo mejor a nivel nacional no tienen mucha fuerza porque son pequeñitos pero que a nivel local sí son importantes.
“En los últimos años lo que hemos hecho es ir haciendo nuestra propia distribución. En el caso de Alemania, por ejemplo, es el primer país del mundo en consumir nuestro producto, mucho más que España. Antes teníamos un importador, que importaba y distribuía. Ahora somos nosotros mismos, tenemos nuestra propia estructura.
“Y hemos ido cambiando así en los distintos países. En Bélgica también, el año pasado, decidimos terminar con el importador y crear muestra propia estructura, nuestro propio personal para importar”.
-Freixenet ha logrado incorporar las nuevas tecnologías al método tradicional, tanto en sus producciones como en su política comercial y publicitaria. ¿En qué detalles esenciales conviven tradición y tecnología?
-Yo diría que tradición y tecnología conviven tanto en el proceso de elaboración del producto como el proceso de venta y marketing. Por ejemplo, en el proceso de producción se sigue elaborando con el clásico método champenoise, pero se ha investigado mucho en cuanto a levaduras, y se utilizan levaduras que ayudan a clarificar la botella con más rapidez y facilidad.
“Se utilizan unos giropaletes especiales inventados por nosotros para hacer el remuage (removido). El hecho de tener una levadura propia especial nos ha ayudado a poder usar este tipo de giropaletes.
“También tenemos robots de los que se usan en el sector del automóvil para hacer el arrimado de las botellas. Diría que en estos momentos la tecnología usada en Freixenet es de puntera en el sector, pero siempre manteniendo el proceso clásico tradicional champenoise.
“En cuanto a la política comercial, nos hemos ido adaptando a los cambios que se han producido en los últimos años en el mundo, publicidad en redes sociales, venta en Internet, promociones, punto de venta, etcétera.”
-Para intentar posicionar un producto novedoso es necesario implantar nuevos hábitos de consumo, ¿cuál es la táctica de Freixenet, por ejemplo, con un producto como MIA, última iniciativa internacional del grupo?
-MIA se ha hecho pensando en hacer un producto más informal y atractivo para el consumidor más joven, que se inicia en el consumo. Se ha querido apartar un poco del consumo más tradicional y formal. Se está promocionando mucho a nivel de redes sociales, enfocado al consumidor más joven y para momentos de relaciones sociales y disfrute con los amigos.
-¿Qué nuevas plataformas comerciales tiene en mente Freixenet en el Caribe para continuar creciendo en el mercado regional?
-El Caribe es una zona muy interesante. Decidimos establecernos en Cuba porque, bueno, las personas son muy importantes, y ahí tenemos a alguien que es vital para nosotros, que es Luis Ortega Mateo (representante de Freixenet para el Caribe), que está haciendo una labor magnífica.
“Igual esto estratégicamente fue un error. En el sentido en que quizás hubiera sido más fácil estar en Panamá y desde ahí hacer todo el Caribe. Pero para nosotros Cuba es muy especial. Tenemos más de 25 años vendiendo ahí. Con Cuba tenemos una relación especial, yo no sé bien por qué, es una cosa de feeling…”.
Freixenet, claves para la eficacia
Credito
Por: Sabina Goldaraz