Con movimientos de personas y varias estrategias comerciales, Bodegas Miguel Torres fortalecerá su presencia en Chile, dando un nuevo impulso a la filial con la implantación de una nueva estrategia de marketing y ventas orientada especialmente a crecer en el mercado internacional.
El principal de estos movimientos es el traslado a Chile de Miguel Torres Maczassek, hijo del presidente de la compañía, quien tomará las riendas de la bodega andina de la familia, fundada en 1979.
El reto de Torres es lograr una mayor penetración de sus vinos chilenos en Estados Unidos y Reino Unido, donde el grupo cree que pueden tener un mayor potencial de crecimiento, junto con Japón y Suecia.
Además de imprimir una visión más marketiniana a la compañía, la nueva etapa de Torres en Chile pasará por la agricultura ecológica, de forma que, a medio plazo, todos los vinos que elabore en el país lucirán la etiqueta de orgánicos.
La filial chilena de Torres, radicada en Curicó, fue la primera bodega fundada por una compañía extranjera en Chile y actualmente factura entre once y doce millones de euros al año, lo que le convierte en la segunda mayor empresa del grupo.
En 2008, la compañía vendió 3,8 millones de botellas (320.000 cajas), de las cuales se exportan el 84% a más de sesenta mercados.
Chile y España son ahora los principales destinatarios de los vinos andinos del grupo, que ahora quiere espolear las ventas en otros países.
Uno de los principales proyectos de Torres en Chile es el lanzamiento de un vino elaborado con uvas plantadas en una zona conocida como Empedrado, cuyo suelo es similar al del Priorat y que se caracteriza por la fuerte diferencia térmica entre el día y la noche.
En total, la compañía catalana, cuya bodega se encuentra en el Valle Central de Chile, cuenta en el país con cerca de 700 hectáreas en propiedad. La filial elabora las marcas Santa Digna, Cordillera, Manso de Velasco, Tormenta y Conde de Superunda.
En Chile, Torres cuenta también con dos restaurantes, uno ubicado en la propia bodega y otro en Santiago de Chile. Los vinos chilenos del grupo operan en el segmento medio-alto y alto en el mercado chileno, donde sus vinos son muy conocidos, a pesar de que la bodega es pequeña en comparación con gigantes locales del sector que producen hasta 15 millones de cajas.
El grupo vinícola Miguel Torres facturó 195 millones de euros en 2008, importe que supone un descenso del 4% por la crisis económica y los tipos de cambio.
Esta cifra incluye tanto las ventas de las bodegas españolas como las de California y Chile, además de la comercializadora en China, que ya se ha convertido en la segunda más importante del país.
