Oktoberfest, la mayor fiesta cervecera del mundo con cerca de seis millones de visitantes nacionales y extranjeros, no se realizará este año, para evitar una posible segunda ola de contagios por Coronavirus. La decisión de cancelar el evento que estaba programado para realizarse del 19 de septiembre al 4 de octubre, ha sido anunciada por el primer ministro de Baviera, Markus Söder y el alcalde de Múnich, Dieter Reiter en conferencia de prensa.
Söder expuso que "nos duele muchísimo, es una pena", pero permitir la celebración sería jugar con fuego. "El riesgo es demasiado grande, no se puede trabajar con distanciamiento y mascarillas en el prado, simplemente no funciona", agregó al referirse al recinto donde se celebra la fiesta, el "Theresienwiese" (Prado de Teresa).
Celebrar una versión reducida de la "Oktoberfest" como alternativa, "no tiene sentido", por lo que "lamentablemente, 2020 será un año sin 'Wiesn' (apócope de Theresienwiese)", dijo. Aseguró que tanto él como el alcalde de Múnich, Dieter Reiter, son "de por sí los mayores fans" de la que calificó la "fiesta más significativa e importante del mundo".
Advirtió, no obstante, que en tiempos de pandemia "hay que tener mucho cuidad con las fiestas" al recordar que la estación austríaca de Ischgl, así como el carnaval en el distrito de Heinsberg, en el estado federado alemán de Renania del Norte-Westfalia, resultaron ser puntos centrales de contagio debido a la gran afluencia. "Vivimos en otros tiempos, y vivir con el coronavirus significa también vivir con cuidado", agregó.
El acalde señaló que ordenar la suspensión de la Oktoberfest ha sido "un momento difícil y amargo" pues esa festividad está en el ADN de los bávaros y, además, tendrá enormes implicaciones económicas. La Oktoberfest dejó el pasado año en la capital bávara alrededor de 1.230 millones de euros. El festival estaba previsto que se celebrara este año del 19 de septiembre al 4 de octubre.
"Todos echarán de menos la fiesta, también en lo que respecta a su bolsillo", avanzó Reiter en alusión a los negocios que este año sufrirán la ausencia de los alrededor de seis millones de visitantes que cada año acuden a Múnich por esas fechas.
Recordó que un 70 % de los visitantes provienen de Baviera y que el 30 % restante, unos dos millones de personas, acuden del extranjero a esta "fiesta central y evento culminante del año". "Pero en estos tiempos sencillamente no se pueden celebrar fiestas populares", lamentó, y expresó su esperanza de recuperar el año que viene la "Oktoberfest", de manera "más alegre e intensa" si cabe.
Söder y Reiter explicaron que la Oktoberfest pendía de un hilo desde el momento en el que, para evitar una propagación de la pandemia, el Gobierno federal y los Länder decidieron suspender todos los grandes eventos hasta finales de agosto."En el supuesto de que no se prorroguen las restricciones, eso deja solo tres semanas para preparar un festival multitudinario como este" recordó el alcalde. Los preparativos de la fiesta de cerveza de Múnich suelen comenzar en junio.
La Oktoberfest es sagrada. En sus 210 años de historia solo se ha cancelado por la plaga de cólera que azotó Europa en 1854 y 1873, las dos guerras mundiales y la fase hiperinflacionaria intermedia en 1923. El evento aporta una cantidad estimada de 1.200 millones de dólares a la economía bávara, principalmente a la de Munich.
Fuente: El mundo