
En el maravilloso universo del bienestar, cada detalle importa. Y la cocina, ese espacio sagrado donde se gestan momentos, sabores y emociones, es también un portal para reconectar con nuestro equilibrio interior. Hoy quiero presentarles con enorme gratitud a Natacha Laurino, quien nos acompaña para aportarnos un ingrediente esencial: el placer de cocinar con amor y alegría.
En esta oportunidad, desde su taller de cocina mediterránea, Natacha nos invita a viajar con los sentidos a la hermosa Italia, país del sabor por excelencia. Paseamos juntas por sus callecitas, sus rincones llenos de historia y, claro, su increíble gastronomía. Porque como bien dice ella: "Italia no solo se saborea, se vive con los cinco sentidos".
La propuesta de Natacha no es solo gastronómica, sino emocional. Su cocina es un espacio donde se gesta una gestión de emociones consciente, donde la alegría, la creatividad y la conexión con lo simple se convierten en herramientas de bienestar. Cocinar puede ser un acto terapéutico, lúdico y profundamente sanador cuando lo hacemos desde el corazón, con presencia y propósito.
¿Y qué mejor manera de coronar este viaje que con un postre italiano clásico? Hoy Natacha nos comparte su deliciosa receta de Panna Cotta, suave, delicada y con ese toque que solo una cocina del amor puede brindar.
Receta de la PannaCotta de Vainilla por Natacha Cocina:
Ingredientes:
- 500 ml de crema de leche
- 100 ml de leche
- 100 g de azúcar
- 1 cdita de extracto de vainilla
- 3 hojas de gelatina sin sabor (o 7 g en polvo)
- Frutos rojos o salsa de chocolate para acompañar
Preparación:
1. Hidratar la gelatina en agua fría.
2. Calentar la crema, la leche, el azúcar y la vainilla sin que llegue a hervir.
3. Retirar del fuego, incorporar la gelatina escurrida y mezclar bien.
4. Verter en moldes y refrigerar al menos 4 horas.
5. Desmoldar y servir con frutos rojos o la salsa de tu preferencia.
Seguimos construyendo un espacio de armonía, sabor y salud para todos nuestros lectores. ¿te animás a cocinar con amor?