El Oriente de Cuba guarda un secreto en forma de elíxir llamado: prú. No hay bebida que encaje mejor con el calor, ni elaboración más típica de la región que ella. Algunos la llaman “champaña de raíz” o “cerveza de raíz”, aunque el resultado es el mismo: un refresco fermentado ligeramente ácido y especiado, hecho a base de la planta africana denominada bejuco ubí, también conocida como bejuco de agua, indio y lenero.
Legado francés en tierras cubanas
El origen del prú se remonta al siglo XIX cuando a raíz de la Revolución Haitiana, hubo una oleada migratoria de colonos franceses. De ahí que la mayor parte de las plantas medicinales que integran esta fusión proceden de la cultura francesa y haitiana.
Nació como una bebida energética, refrescante e incluso afrodisíaca para los esclavos, para aguantar las largas jornadas de trabajo agrícola bajo el sol. Con el paso del tiempo, fue extendiéndose su consumo a toda la población oriental hasta convertirse en un símbolo de identidad oriental cubana, servido en cada esquina.
Raíces y Sabores
Al constituirse de plantas medicinales diversas, muchos le atribuyen propiedades casi milagrosas: remedio natural para la presión arterial alta y para destruir los cálculos renales. De hecho, en algunas comunidades rurales, a menudo es muy socorrido para aligerar dolores estomacales, la tos, la fatiga e incluso purificar el cuerpo, puesto que presenta propiedades antioxidantes y antisépticas.
De forma general, a todos les viene bien un sorbo de prú, a excepción de embarazadas o niños pequeños, debido a que la fermentación puede tener efectos no deseados.
El secreto del Prú: paso a paso
Aunque hacer prú es sencillo, requiere paciencia y cariño. Aquí te va el abc para que lo intentes en casa:
Ingredientes:
- Corteza de bejuco ubí (raíz utilizada para la fermentación)
- Hojas de pimienta de Guinea (Piper auritum)
- Canela en rama
- Jengibre fresco
- Agua
- Azúcar (al gusto)
Preparación:
1. En una olla grande, hierve la corteza de ubí y las hojas de pimienta de Guinea durante aproximadamente 30 minutos.
2. Añade un toque de jengibre y canela y deja enfríar
3. Luego, cuela el líquido y agrega azúcar al gusto.
4. Deja fermentar la mezcla en un frasco de vidrio cerrado por al menos 24 horas. A mayor tiempo, más sabor y frescura.