Hay quienes definen el paté como el "primo hermano" del foie gras, y ciertamente poco se equivocan. Estas mezclas untables comparten raíces francesas y al hígado como base de su elaboración. Sin embargo, su sabor y preparación también los distingue, e incluso el bolsillo. De ahí que sea el paté uno de los favoritos de las cenas de la temporada invernal.
El paté es tremendamente versátil. Puede elaborarse a partir de una amplia variedad de ingredientes como carnes de cerdo, jabalí, aves, pescados, mariscos o incluso vegetales y complementado en ocasiones por trufas, especias, cebolla caramelizada. Y lo mejor de todo, accesible económicamente. Por ello resulta una opción popular para canapés, rellenos o acompañamientos en platos principales.
En cambio, el foie gras, además de presentar una textura más compacta, sólo admite la elaboración con hígado hipertrofiado de pato u oca, y sazonado con sal y pimienta, a veces con un toque de licor para macerar. Se trata de un alimento reservado para ocasiones especiales.
Sabores para todos los gustos
1.Patés cárnicos
Los patés de carne son quizás los más tradicionales y conocidos. Suelen elaborarse con hígado, carne magra o grasa de animales como cerdo, pato, ciervo o jabalí, y a menudo se combinan con especias, hierbas y condimentos para realzar el sabor.
2. Patés de ave
Los patés de ave suelen destacar por su textura delicada y su sabor más ligero en comparación con los cárnicos. Los más comunes son los de pato y pollo.
3. Patés de pescado y marisco
Para quienes aman el sabor a mar, no habrá mejor elección que los patés de pescado y marisco. Estos suelen ser de atún, salmón ahumado y langosta.
4. Patés veganos
En los últimos años, los patés veganos han ganado popularidad. Al mezclarse con ingredientes grasos se obtienen patés de setas,champiñones, legumbre, aceitunas, berenjenas o frutos secos