9 platos para 9 provincias de Castilla y León

Creado: Mar, 25/04/2023 - 13:00
Autor:
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Pedro Ramírez Pe
Categoría
Torrezno de Soria

Castilla y León está repleta de ciudades bellísimas y magníficos paisajes. Visitar sus distintas provincias es internarse en un viaje por la España rural y castiza, pero también cosmopolita y universitaria. Sin embargo, uno de los atractivos fundamentales de esta región es su sabrosa gastronomía.

Sublimes carnes, deliciosos guisos y reconstituyentes sopas son sólo algunas de las opciones que podrás probar si visitas esta región al norte de Madrid. Sin embargo, a pesar de que en todas partes podrás probar de todo (y todo buenísimo), hay algunos platos que son especialmente típicos en cada una de las provincias.

Gastronomía Castilla y Leon

 

El Botillo de León

Este peculiar embutido, típico del invierno, se puede encontrar en la región de El Bierzo, donde cuenta con Indicación Geográfica Protegida. Se trata de un preparado de costilla, espinazo y rabo de cerdo, todo troceado, adobado con pimentón, sal y ajo; y ahumado. Para consumirlo correctamente, es necesario cocinarlo con verduras como patata o repollo, aunque admite variaciones. Un plato contundente y completo.

El Hornazo de Salamanca

Una de las elaboraciones más representativas de la provincia salmantina es el hornazo. Chorizo, lomo y jamón son el relleno de una masa de trigo. Como su nombre indica, esto se mete al horno, quedando crujiente por fuera y sabroso por dentro.El origen de este contundente tentempié lo encontramos en los pastores, que tenían que recorrer largas distancias con su ganado. 

El Torrezno de Soria

Simple y delicioso. Simplemente delicioso. Así es el torrezno de Soria. Este plato, que sirve tanto como principal, como tapa o como acompañamiento, es un corte de tocino, carne magra y piel de cerdo frito. La fuerza reside en la calidad del producto, sublime en esta zona, que además tiene su propia marca de calidad y su forma de prepararlo.

Arroz a la zamorana

Cambiamos la carne por el arroz y nos dirigimos a Zamora. Muy diferente de los arroces mediterráneos, este plato es un fiel representante de la cocina castellanoleonesa. Se trata de un plato seco que se hace con carnes de matanza y pimentón. Además, también se cocina con un sofrito de verduras, pero lo más típico son las manitas y las orejas de cerdo. 

Las Patatas a la importancia de Valladolid

Este plato es una de las formas más particulares de preparar las patatas. Consiste en rebozar unas rodajas, freírlas a fuego lento para después hervirlas en un caldo de carne o verduras. Normalmente se acompaña con un majado de ajo, y resulta perfecto como entrante o plato principal.

El Chuletón de Ávila

Esta pieza de carne es el corte del lomo alto de ternera de una de las razas más cotizadas de la gastronomía española: la Avileña-Negra Ibérica, Indicación Geográfica Protegida. Su sabor u su textura lo convierten en toda una delicia que ha traspasado fronteras. Se suele preparar tanto a la parrilla como asado y se sirve con hueso y todo en una tabla de madera llamada “palo”.

El Lechazo Churro palentino

El producto estrella de la comida palentina es sin lugar a dudas el Lechazo Churro. Para algunos el mejor del mundo, el de la raza churra de la zona del Cerrato en Palencia, se suele elaborar con un majado de ajo, manteca, agua y zumo de limón. Hecho al horno, queda bien crujiente por fuera, y muy tierno por dentro. Una auténtica delicia.

Segovia y su Cochinillo 

Cuando se sustituye el cuchillo por un plato para cortar el cochinillo, se sabe que está bien tierno. Se trata de uno de los platos más icónicos de la gastronomía castellana, elaborado durante más de tres horas en horno de leña. Con la piel crujiente y el interior tierno, se puede encontrar en multitud de restaurantes de la provincia segoviana, que siempre estará ligada a su cochinillo.

La Morcilla de Burgos

Si empezamos con un embutido, acabamos también con uno. La morcilla de Burgos es uno de los manjares más populares de toda España. Se elabora siempre después de la matanza, rellena con arroz, cebolla y sangre de cerdo, y, a pesar de sus detractores, es un plato imprescindible que se puede tomar tanto como tapa, plato principal o acompañamiento de guisos o sopas.

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