"El turismo y el desarrollo rural" es el lema de la Organización Mundial de Turismo (OMT) este año, que va a la par del tema de su red de gastronomía: "Turismo gastronómico: promoción del turismo rural y el desarrollo regional". Ambos tienen en común el desplazamiento motivado por el entorno rural, que la Real Academia Española (RAE) define como "perteneciente o relativo a la vida del campo y a sus labores".
Al visitante que le atrae el territorio, su biodiversidad y la riqueza agrícola para poder realizar actividades turísticas respetando la naturaleza, la historia, cultura y cosmovisión de su comunidad, se le ha empezado a reconocer como agroturismo. Este es un tipo de turismo cada vez más valorado por los impactos positivos que genera, para coadyuvar al desarrollo sostenible por medio de la seguridad alimentaria que minimiza el “hambre cero”, segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, y “fin de la pobreza”, que es el primero; aunque la gastronomía y sus cadenas alimentarias de producción, suministros y valor tienen relación directa e indirecta con los 17 ODS.
Acerca del Turismo Rural, Turismo Gastronómico y el Agroturismo
La concepción del turismo rural se conoce desde hace muchos años; sin embargo, no ha tenido históricamente el auge de otros tipos de turismo como el religioso, cultural, sol y playa, etc. El turismo rural tiene una relación agrícola indisoluble con el turismo gastronómico, que afortunadamente, a partir del año 2019, la OMT ha definido como: “un tipo de actividad turística que se caracteriza por el hecho de que la experiencia del visitante cuando viaja está vinculada con la comida y con productos y actividades afines. Además de experiencias gastronómicas auténticas, tradicionales y/o innovadoras, el turismo gastronómico puede implicar también otras actividades afines tales como la visita a productores locales, la participación en festivales gastronómicos y la asistencia a clases de cocina. El enoturismo, como un subtipo del turismo gastronómico, se refiere al turismo cuya motivación es visitar viñedos y bodegas, realizar catas, consumir y/o comprar vino, a menudo en el lugar en que se produce o en sus cercanías”.
Como podemos apreciar, en la definición de turismo gastronómico no se habla de agricultura, pero se menciona como "un subtipo del turismo gastronómico" al enoturismo y "el lugar en que se produce o en sus cercanías”, que principalmente son entornos rurales. En el caso del agroturismo, la OMT no tiene ninguna definición oficial, por lo cual en muchos casos se cree que es sinónimo de Turismo Rural, incluso por la misma RAE, ya que en ambos se incluye de manera relevante a la agricultura, que la RAE define como “conjunto de técnicas y conocimientos relativos al cultivo de la tierra". No obstante, como aproximación podemos tomar en consideración al diccionario del español jurídico de la RAE que define al agroturismo como:
"Tarea comercial y recreativa que reúne la actividad agrícola con la turística.
• En ocasiones, conlleva el alojamiento o la oferta de productos vegetales o animales producidos en el mismo sitio donde se desarrolla la producción agraria”.
Son muchas las actividades gastronómicas y turísticas que se pueden llevar a cabo en el agroturismo, solo por citar algunas: realizar labores agrícolas para después cocinar alimentos y elaborar bebidas con los mismos ingredientes que se han recolectado, consumir productos directamente del campo como manzanas, mangos, plátanos, aguamiel, pulque…, visitar una granja para ordeñar vacas y preparar quesos frescos, participar en las vendimias para recoger uva y elaborar vinos, ir en búsqueda de trufa negra o blanca, visitar festivales de productos específicos como la sidra en España, el chile en nogada en México, recorrer una dehesa donde se alimenta de bellotas al cerdo ibérico y conocer todo el proceso del famoso jamón, conocer el “mar verde de Jaén” —llamado así por la enorme cantidad de olivos— y poder participar en todo el proceso de recolección, elaboración y consumo. Además, visitar rutas como la del tequila en Jalisco o la del cacao en Tabasco y Chiapas (México), la del vino en la Rioja (España), la del paisaje cultural cafetero en Colombia, las terrazas de arroz en Ubud, Bali, entre otras actividades como tours, experiencias, itinerarios y circuitos.
Para dimensionar el enorme potencial del turismo rural, gastronómico, agroturismo y enoturismo, para coadyuvar al desarrollo de los entornos rurales, tenemos que poner en contexto su principal producto tangible: los ingredientes que el territorio o la pachamama (Madre Tierra) prodiga, si se cuidan de manera adecuada la biodiversidad, reservas de la biosfera, microclimas, biomas, sistemas agroforestales (bosque, cacao, café, milpa, metepantle…) y cultivos (frutas, verduras, legumbres, plantas, tabaco…), para lo cual se deben conceptualizar y desarrollar cadenas de valor agroalimentarias sostenibles que puedan convertirse en rutas agroturísticas, como el caso de la ruta del tabaco.
Agroturismo: La Ruta del Tabaco
Cuba es famosa a nivel internacional por su enorme patrimonio cultural inmaterial y material que ofrece una gran variedad de atractivos, como sus extraordinarios Habanos.
Pinar del Río es la provincia cubana donde se produce el mejor tabaco del mundo. Para iniciar la ruta o itinerario, que puede ser flexible, se recomienda viajar de La Habana, al centro turístico de Las Barrigonas, localizado a menos de 150 kilómetros. Ahí se encuentra Infotur con su Centro de Recepción y Visitantes, donde le podrán explicar con mapas, videos y aplicaciones (Apps), cómo desplazarse en el territorio, acerca de los museos, vegas de tabaco, despalillado y escogidas, restaurantes, paladares (establecimientos de alimentos y bebidas), hoteles, casas de alquiler y pueblos que están en la ruta. Por supuesto, es un buen lugar para ir al sanitario, comer, beber una refrescante piña colada, y comprar en su tienda de conveniencia y artesanías lo que necesites para un día intenso y soleado.
La siguiente parada obligada es el Valle de Viñales, que ofrece unos paisajes espectaculares y es considerado desde el año 1999 Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. Sus habitantes siguen utilizando técnicas agrícolas tradicionales, en particular para la producción del tabaco. La riqueza de su paisaje cultural se ve realzada por la arquitectura tradicional del territorio. El mejor sitio para apreciarlo es el Mirador y Museo del Valle de Viñales, que se encuentra a la entrada de la urbe.
El centro de la ciudad de Viñales ofrece una gama de hoteles de diversa calidad y precios, lo mismo que establecimientos de alimentos y bebidas; pero recomiendo ampliamente el restaurante El Olivo, que se distingue por aplicar el concepto de “la finca a la mesa” con productos orgánicos que ellos mismos elaboran, como los quesos con diversos tiempos de maduración, que son deliciosos. De igual modo ofrecen visitas guiadas a la finca, que se encuentra a menos de 5 kilómetros, y a la que vale mucho la pena ir para vivir una experiencia agroturística inolvidable con actividades propias del campo.
Hay diversas vegas donde se produce el tabaco en la zona del Valle de Viñales; recomiendo visitar las que se encuentran en la región de San Luis y San Juan y Martínez, donde los entendidos en la materia aseguran que está el mejor tabaco, y sobre todo los mejores “Hombre Habano”, llamados así por sus logros con este emblemático producto.
La vega Quemado de Rubí es gestionada por Héctor Luis Prieto, un “Hombre Habano” que con su amor al tabaco, compromiso social y arduo trabajo ha logrado consolidar su vega como un atractivo para el agroturismo, en la cual ofrece comida tradicional de proximidad y muy buenos mojitos, bebida nacional preparada con ron blanco, hierbabuena, limón, agua y azúcar. Además cuenta con servicio de hospedaje, gracias al crecimiento y desarrollo que han tenido por el incremento de visitantes, y el apoyo del Estado en la región para mejorar la carretera y señalética. En esta vega podrán ver todo el proceso de cultivo, recolección, guarda y secado de la hoja del tabaco, y por supuesto conocerán al “torcedor”, cuyo oficio es elaborar de manera manual y totalmente artesanal los diversos tipos de Habanos.
La visita lógica después de ver el proceso de la producción del tabaco en su entorno rural, es ir a la fábrica de tabaco Francisco Donatién, que se encuentra en la ciudad de Pinar del Río. Allí se puede apreciar todo el proceso de elaboración, control de calidad, empaquetamiento y venta, que se lleva a cabo de manera manual principalmente por mujeres que muestran una destreza digna de resaltar. El recorrido en la fábrica termina en la tienda de Habanos, sus derivados y artesanías. También vale la pena hacer una visita a la fábrica de bebidas Casa Garay, donde producen el ron Guayabita del Pinar, elaborado desde el año 1892 con una pequeña guayaba endémica de la región. La ciudad de Pinar del Río cuenta con el Hotel Vuelta Abajo de la Ruta del Tabaco, totalmente tematizado, el Hotel Pinar del Río, y una amplia gama de restaurantes y bares de buena calidad, por lo que vale la pena pernoctar.
La fama del Habano a nivel mundial es tan grande que en la capital cubana, desde hace más de 20 años, se realiza el Festival Internacional del Habano, el evento más importante dedicado a los puros premium en el mundo, durante el cual se ofrecen actividades como la elaboración de Habanos de manera manual, y maridajes o armonías con distintos tipos de ron. Gracias a la Ruta del Tabaco en Pinar del Río, los visitantes se pueden desplazar hasta esa provincia para conocer el entorno rural, generar beneficios, coadyuvar al desarrollo de las comunidades y poder disfrutar la Cuba auténtica, que siempre tendrá una sonrisa y los brazos abiertos “para el amigo sincero que me da su mano franca”, como dicen los versos del Héroe Nacional José Martí, musicalizados en la famosa canción “Guantanamera”.