Uvas y denominaciones: vino blanco vs tinto

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Cristina Ybarra
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Uvas

Al hablar de vino blanco, se menciona la variedad de uva, mientras que, al referirse al vino tinto, se enfatiza la denominación de origen. Cuando vamos a una vinoteca o a un restaurante, es común que el sumiller o el camarero nos ofrezca una selección de vinos, sin embargo, es interesante notar que, a menudo, esta diferencia en la presentación no es casual y refleja aspectos fundamentales sobre la naturaleza de los vinos y las expectativas de los consumidores.

La importancia de la uva en el vino blanco

Los vinos blancos suelen estar más relacionados con la variedad de uva que se utiliza en su elaboración. Esto se debe a que, en general, los blancos son más frescos y ligeros, y la variedad de uva tiene un impacto directo y perceptible en su perfil de sabor y aroma. Por ejemplo, al mencionar un vino blanco de Sauvignon Blanc, se pueden esperar notas cítricas y herbáceas, mientras que un Chardonnay puede evocar sabores más melosos y de mantequilla, dependiendo de su crianza.

Además, la variedad de uva en los vinos blancos es más diversa y reconocible para el consumidor promedio. Muchas personas pueden identificar fácilmente características distintivas de las uvas blancas, lo que facilita la elección del vino en función de preferencias personales.

 Por esta razón, los sumilleres y expertos en vino tienden a resaltar la uva como un factor clave en la elección del vino blanco.

La relevancia de la Denominación de Origen en el vino tinto

Por otro lado, el vino tinto suele estar más ligado a su denominación de origen. Esto se debe a que los tintos, en su mayoría, requieren un proceso de envejecimiento en barrica y son influenciados por factores geográficos, climáticos y de vinificación. La denominación de origen, como Bordeaux, Rioja o Napa Valley, ofrece al consumidor una idea no solo de la variedad de uva utilizada, sino también del estilo, la tradición y la calidad del vino.

La denominación de origen se convierte en una guía que engloba una serie de características de un determinado terroir (suelo, clima, cultura vitivinícola), lo que hace que el vino tinto sea más complejo y variado en comparación con muchos blancos. 

En consecuencia, los aficionados al vino suelen buscar la calidad y el estilo específico que una denominación de origen puede garantizar, por lo que se hace fundamental mencionar esta información al momento de ofrecer un vino tinto.

La diferencia en la forma de presentar los vinos blancos y tintos, uvas para los primeros y denominaciones de origen para los segundos, refleja la forma en que cada tipo de vino se percibe y se consume. Mientras que la variedad de uva es clave para entender los matices de los vinos blancos, la denominación de origen proporciona un contexto más amplio y una promesa de calidad para los tintos. 

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Cristina Ybarra