De apariencia morada y sabor a medio camino entre la uva y la frambuesa, el açaí es uno de los superalimentos de origen brasileño que, cada vez más, está causando furor en Europa. Pero no solo el paladar se ha beneficiado con su inserción en helados y rellenos de postres, una de las mejores cosas de esta fruta es su potencial para la salud.
Pero, ¿de dónde viene el açaí?
Se trata de un fruto extraído de la palmera Euterpe oleracea, oriunda del Amazonas. Específicamente el estado brasileño de Pará es su principal productor y exportador. De ahí que sea una importante fuente de ingresos para las comunidades locales.
El açaí y sus beneficios
Entre sus virtudes destaca su rica composición de antioxidantes, vitaminas, polifenoles antocianinas, y grasas saludables que benefician al organismo en múltiples niveles como el sistema inmunológico, cardiovascular y la circulación sanguínea, e incluso a contrarrestar enfermedades neurodegenerativas y los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro.
Por si fuera poco, deviene una excelente fuente de energía gracias a su contenido de grasas saludables y carbohidratos. A él se le asocian también propiedades antiinflamatorias y beneficios para el intestino, la regulación del colesterol, el sistema inmunológico y hasta ayudar a prevenir la anemia. Sin dudas, un todoterreno de las frutas.
¿Cómo consumir el açaí?
El açaí es sumamente versátil, así que comerlo no será un problema. Su forma más popular es como puré congelado “açaí bowls”, mezclado con frutas y granola, o como batidos energéticos. Asimismo, puede prepararse en polvo para preparar postres, salsas y yogures. Pero si eres más de salados, puedes adoptar una receta típica de su región originaria que es acompañarlo con harina de mandioca, tapioca o incluso pescados.
