“Cuando vienes a Gasma no solo quieres cocinar, tienes otras ambiciones”

Creado: Mar, 01/12/2015 - 18:21
Autor:
Credito
Por: Antonella Ruggiero Sansone
Categoría
“Cuando vienes a Gasma no solo quieres cocinar, tienes otras ambiciones”
Si os planteáis estudiar cocina y os apetece hacerlo en Castellón de la Plana, en plena cuenca mediterránea, hay varias cosas que deberéis saber. La primera, que aprenderéis de marketing, instalaciones, compras e inglés; la segunda, que la gastronomía no es un camino de rosas; y la tercera, “que la creatividad es una herramienta solo si se encastra en un concepto”, en palabras de Jordi Ferrer, cocinero, jefe de formación y profesor de GASMA, el Centro Universitario de Gastronomía y Management Culinario. 
¿Es la gastronomía una burbuja?
No lo creo, porque una burbuja es una cosa que estallará porque es una mentira. Sí creo que irá hacia delante, pero eso tendrá sus consecuencias: los negocios tendrán que ser más serios y profesionales, habrá que entender que son empresas y que se demandará, cada vez más, gente preparada en sala, cocina y con capacidad para gestionar y crear modelos de negocio relacionados con gastronomía. 
Y es aquí donde aparece GASMA…
Nos gusta ponerles los pies en el suelo a los alumnos y darles una visión multiangular de las cosas (en la que se habla de cocina, de dinero y de negocio, de marketing). Esto es indisoluble. 
¿Cómo es la formación?
Muy global. Queremos que la gente se pregunte todo, desde cómo debe crear su cocina, hasta cuál es el feedback que está recibiendo de los comensales o cuánto tiempo tardará en recuperar la inversión. 
Es decir, desde todas las aristas
Mi obsesión como formador es conseguir formar personas que piensen. Una persona que piense se podrá equivocar, claro, pero antes habrá evaluado si lo ha hecho bien desde el punto de vista gastronómico, si lo que propone es tendencia, si hay público en el lugar en el que quiere instalarlo o si es un buen momento. 
Formador o profesor, ¿cuál es la diferencia?
Los formadores de GASMA venimos de la calle y queremos transmitir a los alumnos nuestra experiencia. A lo mejor podríamos llamarnos profesores pero, al fin y al cabo, somos formadores porque ayudamos a los alumnos en, precisamente, su formación. 
¿Qué mitos se desmontan?
Lo primero que os diremos es: ‘Creéis que venís a cocinar, pero cocinar será solo una fantástica parte’. Necesitaréis saber de cocina, de marketing, de instalaciones, de compras. También os ayudaremos a entender que un cocinero es alguien muy creativo, pero la creación te pilla trabajando. No se te ocurre una cosa porque sí. Tienes que ponerte en marcha, buscar ideas, inspiraciones. La creatividad es una herramienta si se encastra en un concepto. 
¿Qué salidas laborales puede tener un alumno de Gasma?
El nicho de inserción es muy amplio. Puedes ser desde un emprendedor, hasta un asesor gastronómico (que trabaje para diferentes compañías), una persona que monte modelos de negocio… nuestros alumnos saben cocinar, diseñar cartas, sacar rendimientos económicos y conocen de marketing. Cuando vienes a GASMA no solo quieres cocinar, tienes otras ambiciones. 
¿Cuánto puede faltar para que surja un “GASMA 2”?
Una cosa es el concepto y otra el packaging completo. GASMA es un universo que está en el mediterráneo y tiene 2 sedes (el CEU y Villa Dolores). Cuando una cosa está bien hecha es normal que la gente la copie. Aunque, ¿replicar Gasma enteramente? Eso es casi imposible. 
 
Nos cuentan los alumnos de grado:
Moisés Armero, 23 años, Valencia. “Después de mis stage me he dado cuenta de las carencias que tengo. De management no tengo conocimiento y necesito aprender del negocio de la cocina”.
Adriana Fernández, 23 años, Venezuela. “Venía de Caracas, de ver cómo se hacían las cosas allí. Cuando estudias management te das cuenta de cómo cambian las cosas según donde estés. Gasma me ha abierto mucho la mente, sobre todo en la forma de llevar una cocina”. 
 
Más información en: gasma.es

Añadir nuevo comentario

Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
Credito
Por: Antonella Ruggiero Sansone