Los miembros del proyecto Balcón de Habano entablaron en esta capital un maridaje especial entre un puro, cuatro tapas y las cervezas Swinkels Family Brewers Spain SFBS (Bavaria), de Países Bajos, y la cubana Parranda, donde resaltaron las cualidades de esos productos para el mercado.
En el encuentro, efectuado en el restaurante-bar Esquina D-Fraile, en el Vedado, empresarios, cantineros, sommeliers, artistas y deportistas apreciaron un habano vitola única San Cristóbal de La Habana, 141 milímetros de largo por 50 de ancho, cuyo territorio de sabor oscila entre suave y medio, confeccionado por el tabaquero Raúl Urbano, de las Marinas Gaviota, en Varadero.
También degustaron cuatro tapas elaboradas con pescado en salmuera sobre escalivada de verduras, pulpo confitado al apio sobre pure de boniato con anís, tartaleta de yuca con cerdo criollo y Parranda Mambisa de casabe con chilindrón de cordero que cataron con cocteles elaborados con ambos tipos de cerveza.
En una breve intervención, Juan Jesús Machín, presidente del Balcón, abordó pasajes históricos de los orígenes de la cerveza en el antiguo Egipto y luego el proceso de obtención en Europa en los siglos posteriores hasta llegar al XX, y en Cuba, en las primeras décadas hasta devenir luego en una bebida muy popular entre la población.
Por su parte, Arnoud Van Shaik, director de la empresa mixta Cervecería Cubana S.A., y representante de Bavaria en la Mayor de las Antillas, afirmó que su participación consistía en explicar las bondades y cualidades de ambas bebidas para el cliente, al tiempo que reiteró la importancia de poder identificar sus diferentes sabores.
El directivo brindó detalles a los asistentes sobre la producción de Parranda en la nueva fábrica de la Zona Especial de Desarrollo Mariel, Artemisa, cuyo objetivo fundamental era poder satisfacer al consumidor nacional, adaptado a los sabores más dulces, a diferencia de los europeos que prefieren el ácido.
Al respecto, recordó la firma del acuerdo de su compañía con la Corporación Cuba Ron S.A. para ayudar a producir la nueva marca de cerveza en la Isla caribeña con la tecnología de punta requerida, y comercializarla en botella de vidrio retornable verde o ámbar de 330 ml y/o botella PET desechable verde o ámbar de 500-1000 mililitros.
Precisó que buscaron la forma de lograr un equilibrio, un balance y extender la vida útil de la bebida, que cuenta con 4.8 grados de alcohol y un 15 por ciento menos de lúpulo que la Bavaria, y podría compararse con la Hollandia, y en ese sentido, reveló que la filosofía era que fuera para todos.
Van Shaik aclaró la ambición de los fabricantes de obtener una cerveza mejor y de mayor calidad, de manera que optaron por envasarla en una botella de plástico especial con formato de 0.5 litros, que maneja el concepto ecológico, y puede devolverse a un centro de reciclaje a través de un código QR.
El nombre de Parranda, agregó, se inspira en la centenaria tradición de la ciudad de San Juan de los Remedios, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y que luego se extendió a otros territorios cercanos a la octava villa como Caibarién, Camajuaní y Zulueta, pueblos de la actual provincia de Villa Clara.
La nueva fábrica de esta exquisita y refrescante cerveza clara, señaló el experto, dispone de una capacidad de 1,5 millones de hectolitros, lo cual equivale aproximadamente a 800 mil botellas diarias que están disponibles en varios canales de ventas.
También abordó las bondades de la cerveza Bavaria, una marca considerada entre las más vendidas en la Isla durante los últimos años, caracterizada por su cuerpo denso, amargor medio y tono dorado intenso, donde sobresale el carácter malteado y se complementa con el lúpulo aromático, y con la cual se elaboraron varios cocteles para la actividad.
Durante la ceremonia del inusual maridaje, el grupo musical Son 3Men2 amenizó el cónclave con varias canciones típicas cubanas que los participantes agradecieron, disfrutaron y tararearon hasta el final.