El otro día tuvo lugar, en Zalacaín, un nuevo ensayo para poner de relieve la importancia que tienen las armonías (maridajes) en la gastronomía. Es obvio que los vinos tienen una calidad en sí mismos, pero lo fundamental es ver la combinación con los diferentes platos.
La mitad de lo que comemos es líquido y, por tanto, elegir el líquido adecuado a la hora de comer es fundamental para ser un buen gourmet. Por múltiples motivos, cada vez se va consumiendo más cerveza y también se están poniendo muy de moda los combinados, especialmente los gin & tonic. Pero a la hora de la comida el ideal es el vino. Mejor dicho, los vinos.
El otro día probamos 6 de Dehesa del Carrizal: 2 blancos y 4 tintos. Se trata de una bodega creada en su día por Marcial Gómez Sequeira, en los Montes de Toledo, en Ciudad Real, muy cercana a los viñedos de Alfonso Cortina y que constituyen su famosa bodega Vallegarcía.
Alfonso Cortina prepara ya 2 excelentes vinos: uno blanco, el viognier, desde siempre; y otro muy parecido que elabora desde hace menos tiempo y que es excepcional, el Hipperia. También el Petit Hipperia. También muy cerca la famosa bodega del Marqués de Griñón, Dominio de Valdepusa, con su “estrella”, el Eméritus.
De los vinos que catamos el más valorado fue el Dehesa del Carrizal Chardonnay Blanco, tanto el 10 como el 11, aunque este último un poco más. En ambos casos lograron 9 puntos.
También el petit verdot 2010 con una mayoría de 9 en las puntuaciones de los diferentes miembros del jurado. Seguido del Dehesa del Carrizal cabernet sauvignon 2007, que estuvo entorno a los 8,5 y el Syrah 2008, entre 8 y 9.
Después del petit verdot, el más valorado de los tintos fue el Selección Privada 2007, que es una combinación de cuatro variedades.
Para mí, el Chardonnay de Dehesa del Carrizal está ya entre los mejores blancos de España, cuenta con el sello de calidad Elite Gourmet (www.elitegourmet.es) y concretamente el 2011 es un poco mejor, lo que quiere decir que el vino progresa desde que se incorporó el nuevo enólogo y, sobre todo, el nuevo consultor.
En la actualidad, Dehesa del Carrizal es propiedad de Juan Miguel Villar Mir, que ha puesto una serie de medios y recursos, tanto económicos como humanos, al servicio de la bodega. Esto se ha notado en los blancos, casi de inmediato, y en los tintos tardará un poco más.
De cara al futuro, el petit verdot puede ser uno de los mejores monovarietales de nuestro país con esa uva.
La valía del enólogo de siempre, Miguel Ángel Benito, con la incorporación a tiempo completo del director de la bodega, Pierre-Yves Dessevre, y el apoyo del gerente general, Alejandro Arasanz, garantizan un espléndido futuro para esta bodega que creó en su día, y muy bien, Marcial Gómez Sequeira.
En cuanto a la combinación con los platos, quizá la armonía más valorada fue la de petit verdot con las virutas de jamón ibérico y el Chardonnay 2011 con el queso manchego. El Dehesa del Carrizal 2010 combinó muy bien con la cazoleta de mejillones.
Muy buena también la armonía entre el Dehesa del Carrizal selección privada 2007 y el muslo de pato. En principio se consideró como la mejor armonía.
Lo menos logrado: el Dehesa del Carrizal Syrah del 2008 con los filetes de lenguado con espárragos.
El jurado estaba compuesto por 14 personas que en algunos casos votaron en su totalidad y en otros dejaron por votar por algunas de las armonías
Para mí lo fundamental, con este tipo de experiencias gastronómicas, es poner de relieve la importancia extraordinaria que tiene elegir el vino adecuado para cada producto o para cada plato.
Naturalmente, se trata de elegir tipos de vino. Luego, la marca dependerá de la capacidad económica de cada uno.
Por tanto, en todas las combinaciones anteriores hay que tener en cuenta que el chardonnay es un vino blanco seco con madera; el petit verdot, el syrah y el cabernet sauvignon mono varietales corresponden a vinos tintos entre crianza y reserva y el Selección Especial 2007 es una combinación de uvas pero que estaría en el marco de los vinos tintos reserva.
