La Academia de Japón
La Academia Japonesa es una Asociación cultural sin ánimo de lucro, que busca conservar, defender y mantener el amplísimo Patrimonio Histórico Cultural-Gastronómico de Japón; así como la promoción de su nueva y moderna cocina (uno de los elementos fundamentales del turismo en ese país).
Para ello la Academia, como las otras que ya existen, promoverá una información en Internet que abarque la oferta gastronómica global de Japón: desde la materia prima, los alimentos y bebidas hasta los restaurantes tradicionales y creativos. También, los lugares donde pueden adquirirse esos alimentos o bebidas y las publicaciones en cualquier tipo de soporte que permitan conocer la cultura culinaria nipona.
Además, elaborará una Guía de Restaurantes por ciudades, empezando por las más turísticas. También existe el proyecto de publicación de un libro, impreso o en Internet, con las principales obras maestras de la cocina tradicional de Japón. Es decir, las que han elaborado las familias japonesas a lo largo de la historia.
Por último, y de acuerdo con el Ministerio de Turismo, se constituyen los Premios Nacionales de Gastronomía de Japón.
Cena en la Embajada de España en Tokio
La cena en la Embajada fue una auténtica síntesis de la cocina japonesa y la española; sobre todo en lo relativo a la materia prima.
Nuestro jamón ibérico tuvo un gran protagonismo, al igual que nuestro aceite de oliva Virgen Extra. Igualmente, nuestros vinos –los cavas de Freixenet, especialmente el rosado, el Elyssia; y los vinos de Marqués de Riscal, tanto el Verdejo 2010, que produjo auténtico asombro por su relación calidad-precio, como el tinto Reserva 2005.
Un gran éxito de los promotores de la Academia y, sobre todo, de España, con su modelo gastronómico –el de la libertad– que está conquistando el mundo.
La Academia China
Unas semanas después se constituyó, en Pekín, la Academia China de Gastronomía (cuyo Presidente de Honor es el antiguo Ministro, Presidente del Instituto Chino de Turismo). En China, el apoyo del Gobierno es fundamental para todo.
La constitución de la Academia, como una Asociación cultural sin ánimo de lucro y con fines parecidos a la de Japón, tuvo lugar en el espacio gastronómico del antiguo Estadio Olímpico, el famoso Nido, en el que se desarrollaron los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, todavía siendo Presidente de Honor, Juan Antonio Samaranch. China adora a nuestro compatriota y aún llora su fallecimiento.
Allí se llevó a cabo un almuerzo fantástico, en el que tuve la oportunidad de comprobar que los platos chinos de Palacio, los grandes platos de la cocina China, son inigualables. El problema es que, como requieren mucho trabajo y hace falta mucho tiempo para prepararlos, no son fáciles de ofrecer en un restaurante moderno.
Pero la Academia China va a hacer un gran esfuerzo para recuperar y difundir las recetas tradicionales de las diferentes regiones de China, que van mucho más allá de lo que puede comerse, hoy por hoy, en los restaurantes chinos de España y otros países del mundo.
En la comida bebimos té, zumo de zanahoria y sake. No obstante, los chinos están convencidos de que un buen gourmet debe comer con vino; por lo que están haciendo un gran esfuerzo para fomentar su cultura, tal y como ya han hecho con el aceite de oliva.
En todo caso, China se ha abierto al mundo del vino y España debe aprovecharlo.
Cena en la Embajada de España en Pekín
Para celebrar la constitución de la Academia tuvo lugar una cena en la Embajada de España, ofrecida por el Embajador, Eugenio Bregolat. Frente a los fogones estuvieron los chef Aitor Olabegoya y Víctor Piñero; acompañados por el cocinero, Tang Wu; y la maître, Carmen Adan.
Más de 30 personas apadrinaron el nacimiento de la Academia; y fueron testigos de la firma del Convenio de relaciones bilaterales entre la Academia China y la Real Academia de Gastronomía de España; así como también, del acuerdo para la incorporación de la Academia China a la Academia Internacional.
La cena fue elaborada por la brigada de uno de los restaurantes españoles de moda en Pekín: Migas. Como en el caso anterior, un gran acierto de los promotores chinos para constituir su Academia y un gran elogio del modelo español de gastronomía, de nuestro modelo de libertad.
