Las mujeres sufren diversos cambios hormonales a lo largo de su vida y, para muchas, la menopausia se puede convertir en una etapa complicada. Dolores de cabeza, cambios en el estado de ánimo o insomnio, son algunos de los síntomas más visibles que pueden empezar a irrumpir cuando se acerca esta fase.
Sin embargo, además de estas consecuencias pasajeras, según la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), la menopausia también puede afectar al corazón y los huesos de las mujeres que se encuentran en esta etapa. Por ello, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de la evaluación y prevención del estado de salud durante este nuevo periodo en la vida de las mujeres, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Internacional de la Menopausia (SIM) establecieron el 18 de octubre el Día Mundial de la Menopausia.
De acuerdo con la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), durante estos años es recomendable un mayor control en el estilo de vida, cuidando especialmente la alimentación, con una dieta saludable y equilibrada. Entre las pautas alimentarias se incluye la reducción de grasas, la ingesta de cinco raciones de fruta y verdura al día o el aumento en el consumo de lácteos para prevenir la osteoporosis.
Por otro parte, según el libro Efectos de la cerveza durante la menopausia, coordinado por el profesor Tirso Pérez Medina, jefe del servicio de Ginecología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, el consumo moderado de cerveza puede favorecer al incremento de la masa ósea en mujeres gracias a su alto contenido en antioxidantes, fibra, vitaminas y minerales. En concreto, explica cómo las mujeres que consumen cerveza de forma moderada en las etapas previas de la vida suelen presentar una mejor calidad en sus huesos.
Pérez Medina también explica en su libro que el alto contenido en polifenoles de esta bebida fermentada puede favorecer la protección contra enfermedades cardiovasculares y la reducción de los fenómenos oxidativos responsables del envejecimiento del organismo. En cualquier caso, el consumo de cerveza debe ser moderado (de una a dos cañas al día en el caso de las mujeres), en adultos sanos y dentro de una Dieta Mediterránea equilibrada.
La cerveza sin alcohol en las mujeres embarazadas y lactantes
Sin embargo, además de la menopausia, las mujeres se enfrentan a otras etapas como el embarazo y la lactancia en las que el consumo de bebidas alcohólicas debe ser nulo. En estos casos, la cerveza sin alcohol puede ser una alternativa a la cerveza tradicional ya que al estar elaborada con ingredientes naturales, contiene compuestos que podrían ser beneficiosos para la madre y el bebé. “El consumo de alcohol durante la lactancia debe ser nulo porque su ingesta puede resultar perjudicial para la salud del bebé. De esta manera, las mujeres en este periodo que deseen consumir cerveza, pueden elegir la cerveza sin alcohol como alternativa que, además, cuenta con una composición nutricional y compuestos fenólicos con poder antioxidante”, explica Rosario Sánchez Garzón, representante de la Asociación Española de Matronas y matrona del Hospital Central de la Defensa.
De hecho, según la investigación “Efecto de la cerveza sin alcohol sobre la leche materna” elaborada por la Universidad de Valencia y el Hospital Dr. Peset de Valencia y publicada en Breastfeeding Medicine, las madres lactantes que suplementan su dieta con cerveza sin alcohol disponen de una leche un 30% más rica en antioxidantes, así como una mayor capacidad antioxidante, tanto en la sangre como en la orina.
En este sentido, el consumo de cerveza sin alcohol podría ser una alternativa saludable gracias a su gran cantidad de agua y a que no supone un aumento de calorías a la dieta ya que apenas tiene 34 Kcal en una caña de 200 ml.
Fuente: Qcom.es