El alimento, desde su estado original hasta que llega a la mesa pasa por un procesamiento, el cual va dejando huella en la naturaleza. De ahí que se diga que la alimentación tiene un impacto alto en el medio ambiente.
De acuerdo con The Food Tech, una alimentación sana, basada en el consumo de alimentos frescos y saludables beneficia al medio ambiente.
Entre las ventajas están que aquellos alimentos identificados como ecológicos contienen menos índices de pesticidas y los mantuvieron alejados de químicos durante su siembra y posterior crecimiento y/o elaboración.
Existen estudios que demuestran que si se sigue una dieta basada en alimentos de origen vegetal, también se contribuirá a la mitigación de los efectos del cambio climático. Debido a que el consumo de carne y otros derivados procedentes de animales dejan una huella de gases de efecto invernadero (GEI).
La clave está, según Marcela Leal, Nutricionista y Master Internacional en Tecnología de los Alimentos en “seleccionar alimentos que respetan el planeta, ayudan a cuidar nuestro entorno y a implementar hábitos saludables y sostenibles”.