Tienen unas maneras de estar entre bastidores que muy pocos profesionales del sector pueden lucir. Modales, principios, educación, comportamiento y un dilatado oficio que atesoran, a pesar de su juventud, en cada uno de sus movimientos. Jordi tiene 26 años. Assum 27. Los dos se han formado a conciencia en un centro de prestigio como es la Escola d’Hoteleria i Turisme de Lleida. Tienen muchas tablas en el oficio de la restauración. Han pasado por restaurantes de España, Francia, Suiza y Londres. La compilación recogida de todos y cada uno de los puntos restauradores que han tenido la oportunidad de compartir oficio, los ponen al servicio de sus clientes en el Hotel-Restaurante La Guspira de Linyola, en la comarca leridana de El Pla d’Urgell, desde hace 3 años.
Un pequeño hotel dotado de 6 suites y un restaurante donde todos los detalles cuentan y mucho, es la apuesta que un buen día de 2013 vio la luz en un lugar un tanto alejado de las grandes urbes, aunque metido de lleno entre sabores tradicionales de la cocina contemporánea de Lleida y toques de modernidad y atrevimiento, que toda cocina con proyección requiere y necesita para cautivar a los cada vez más ávidos y exigentes gourmets de la generación actual.
Jordi Vidal, nativo de Almacellas, y Assun Roigé, de El Soleràs, destilan singulares principios restauradores entronizados en la pureza innata que transmiten a los platos las materias primas que seleccionan con el máximo esmero y cuidado. Para la gran mayoría de chefs del mundo, los pescados, carnes, verduras, hortalizas, cereales, frutas y todas las materias culinarias que se emplean entre fogones, tienen que ser de temporada, frescas, en su momento óptimo de consumo y de una calidad no fluctuante. Estas son las premisas y principios que tienen Jordi y Assum delante de las ollas, perolas, sartenes y pucheros.
Cada detalle cuenta y mucho para los jóvenes. Nada lo dejan a la improvisación. El habitáculo cocina es una máquina de precisión, que engrana cada ingrediente uno con el otro, con el tiempo preciso de cocción, con los minutos necesarios de reposo o las horas o días de cámara que son imprescindibles en cada tipo de vianda.
Vidal trabaja mucho y bien los colores de los platos. Los contrastes amarillos, rojos, verdes, negros y rosa, forman un peculiar arco iris de belleza sin igual. Pero no solamente cuida Jordi el color de su cocina, sino también la arquitectura de la gastronomía que presenta en la mesa. Formas, dibujos y geometrías se alternan en sus platos.
Assum, por su parte, se cuida de la sumillería del restaurante. En torno a este sector, ha ganado algunos prestigiosos premios a nivel nacional, al igual que Jordi, los ha conseguido en el de la restauración.
La Guspira se postula para figurar en las mejores guías
Del brillante trabajo que ejercen Jordi Vidal y Assum Roigé al frente de La Guspira se están fijando las más prestigiosas guías gastronómicas de nuestro país, que a no tardar, pueden figurar en ellas por méritos propios, según fuentes bien informadas. Periodistas y críticos del sector también aseguran que La Guspira se está convirtiendo en uno de los iconos de la restauración de las comarcas de Lleida. Es, para estos profesionales de la información especializa y para muchos comensales que han degustado su cocina, el valor más en alza que tienen actualmente las tierras ilerdenses en restauración.