El Roscón de Reyes es un postre clásico e impresindible en disímiles hogares en estas fechas. En ocasiones la escaces de tiempo en nuestra dinámica cotidiana conlleva a que optemos por la compra del tradicional dulce en vez de prepaparlo en casa.
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Sin embargo, no todas las opciones disponibles en el mercado cumplen con la calidad requerida y el producto en venta, no pasa de ser más que un bollo esponjoso y sutilmente aromatizado que sabe a pan de molde, en lugar de tratarse, como debería ser, de una exquisita pieza de repostería.
Por otra parte, también está constatando, con satisfacción, la creciente tendencia del consumidor a comprar este tipo de roscón realizado artesanalmente para ser consumido unas horas después, lo que confirmaría que, al igual que en otros sectores de la alimentación, cada día se demanda más y mejor calidad en los productos de pastelería.
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La clave radica en aprender a diferenciar un buen Roscón de Reyes artesano de otro industrial. En este sentido, el panadero artesano Moncho López, que lleva años preparando un riquísimo roscón para Levadura Madre Organic Bakery, ha querido ofrecer una serie de claves y consejos para ayudarnos a realizar la mejor selección.
Roscón de Reyes artesano vs. industrial. Claves para diferenciarlos
1- Peso
"Los roscones industriales están muy cargados de levadura, de gasificantes y muy hinchados, son roscones que pesan poco y tienen mucho volumen", asegura Moncho, añadiendo que "si el cliente no se fija, a simple vista y a igualdad de volumen, podrían parecer iguales a los artesanos, sin embargo estos últimos pesarán aproximadamente el doble que los industriales".
2- Durabilidad
Un roscón artesano tiene una duración corta, de un día o dos aproximadamente, en cambio el industrial, que está lleno de conservantes, colorantes y estabilizantes, aguanta mucho más. "Para que nos hagamos una idea de lo que digo, basta con saber que hay grandes proveedores de roscón industrial que fabrican las piezas durante el mes de agosto".
3- Bolsa de plástico
"Para conservar el roscón desde agosto hasta Navidad, lo meten dentro de una bolsa de plástico. Los roscones que van en bolsa de plástico muy posiblemente no han sido elaborados esa noche, sino que han sido congelados, casi con toda seguridad, durante meses".
4- Uniformidad
Como en casi todos los productos, "cuando ves una partida de roscones y observas que son todos perfectamente iguales, simétricos, es un síntoma claro de que la elaboración está mecanizada, mientras que las formas diferentes, uno más alargado, otro más redondo o más gordito en el extremo, son indicios de que han sido formados y boleados a mano".
5- Nata
Este es un mundo aparte. "Nosotros, en levadura madre, lo hacemos con una nata del 38% de materia grasa montada con 150 gr de azúcar glass por kilo; luego lo colocamos en el roscón frío para que no se baje la nata y punto, no le añadimos nada más. Y eso deberían ser todas las natas del mundo".
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Pobres en frutas
"Lo más caro del roscón industrial son los ingredientes, mientras lo que encarece el producto artesano es la mano de obra, por ello los artesanos no escatimamos en producto y por eso son piezas que suelen tener más fruta, más azúcar, más almendra… porque lo que realmente cuesta son las horas de la persona que está trabajando el roscón".
Conservantes
"Si el roscón viene en una bolsa de plástico y en una caja preciosa, pero cuando miramos los ingredientes vemos que hay conservantes, estabilizantes y que tiene una duración larga, desconfiemos, seguro que es un producto industrial".
Fuente: Diario de Gastronomía