El calor a menudo es un enemigo del apetito. Pero, irse a la cama o hacer largas jornadas de trabajo sin apenas probar bocado, tampoco puede ser una opción en el verano. Bien lo sabían los andaluces cuando inventaron una sopa ligera donde el ajo acapara el paladar. Y es que no hay casa que se resista a ponerla sobre la mesa cuando llegan los meses estivales.
La también llamada crema de ajoblanco es la base del gazpacho y el salomorejo, la diferencia es que en ella se prescinde del tomate. De manera que el remedio para sobrevivir a sus más de 40 grados resulta la simple mezcla de pan, ajo, almendras, aceite de oliva y vinagre de Jerez.
Para su elaboración, primero deberás remojar las migas de pan en agua durante unos minutos, y posteriormente mezclarla en la batidora junto con las almendras, el ajo, el vinagre y sal. Mientras se tritura todo, se le va añadiendo el aceite de oliva poco a poco. El resultado será una crema suave, oportuna para cualquier momento del día, pero siempre métela al refrigerador para tomarla fresca y asegurarte que no se corrompa.
Para degustar el plato al estilo más andaluz complementa la sopa con un par de trozos de melón o uvas. Aunque en algunas zonas se combina con tiras de mojama, jamón e incluso patatas asadas.
Si no eres andaluz o no estás en el sur, pero también quieres alejarte por unos minutos de calor, entonces adopta este plato, que se hace tan rápido como lo lees.
