Un café para despertarse, otro a media tarde y por qué no, uno después de la cena… y si me apetece alguno más, quién me dice que no debo tomarlo. La expresión popular “a la hora del café” a día de hoy parece incluso ambigua, ya que puede responder a cualquier momento que uno guste.
La cafeína, un estimulante natural con mucha fama
Entre tantos estudios poco creíbles y pseudo expertos en la hora perfecta para tomar café, contamos con la preferencia de cada uno para tomar una taza bien para abrir los ojos con energía o bien por gusto. La decisión final está en uno mismo, pero es cierto que algunas horas tal vez son más beneficiosas para ingerir este alimento que otras en las que puede incluso resultar perjudicial.
Los efectos del café varían dependiendo de la hora que lo tomemos, pero también de la cantidad o del metabolismo de la persona que lo ingiere. El café contiene algunas toxinas que pueden llegar a ser dañinas para el organismo, así como actúa en ocasiones como un desestabilizante para la salud mental.
La cafeína es un estimulante natural que inhibe los sensores de cansancio en el cuerpo. No es un energizante como tal sino que bloquea la sensación de cansancio del cerebro, por lo que aquellos más sensibles a la cafeína deben escoger el momento del día para tomarlo, así como atender a la cantidad que toma.
Café con azúcar o azúcar con café
Otros energizantes que suelen ir ligados a la toma de cafeína son los edulcorantes. Son muchos a quienes no les apasiona el sabor de café pero sí sus efectos o les agrada más el sabor dulce que amargo al paladar. El azúcar refinado actua igual que la cafeína en cuanto a falsa energía así como enmascarara el sabor original del café. Alternativas pueden ser la panela, el agave o la canela.
¿El café te despierta o te estresa? La respuesta está en el cortisol
El efecto de la cafeína en cada persona tiene relación con las hormonas. El cortisol es una sustancia segregada por el páncreas que regula el metabolismo, el sueño, el sistema inmunológico o la respuesta al estrés, entre otras. No extraña que la llamen la hormona del estrés y es que en la sociedad actual se encuentra especialmente presente.
A nivel estándar, las personas tenemos los niveles de cortisol elevados de buena mañana, por lo que la hora perfecta para tomar la primera taza de café es entre las 9:30 y las 11:30 de la mañana -perfecto para coincidir con las primeras horas de clase o trabajo. A partir de las 17h el cuerpo ralentiza el metabolismo con la bajada del sol, lo que implica que un café pasada esta hora puede afectar al descanso nocturno.
Entre las 13:30 y las 17 es otra buena hora para tomar café, ya que el cortisol no está en su punto álgido. Sin embargo, alejarlo lo máximo de las comidas también puede ser beneficioso para evitar algunos inhibidores de ciertos nutrientes que contiene el café.
Sin embargo, el café después de comer es de lo más popular ya que la cafeína contribuye a la producción de ácido gástrico, lo que puede facilitar la digestión. Este estimulante tarda entre 15 minutos y dos horas en metabolizarse, coincidiendo con el tiempo de digestión, lo que también implica un mejor riego sanguínea y mejora los niveles de energía después de comer.
Tanto si te gusta el café como si eres un enamorado del ritual que este alimento conlleva, mira hacia dentro y observa las reacciones de tu cuerpo y tu cerebro para decidir cuándo o si es buena idea prepararte ese café en el que estás pensando.
